Todos los ojos están vueltos hacia Brasil. Su crisis está impactando en la región. El presidente Michel Temer asumió hace poco más de un año postulándose para aplicar un feroz plan de ajuste, ese que, según el propio establishment brasileño y los organismos financieros internacionales, “se necesitaba” para sacar al país de la crisis. Traducido: lograr que la pague el pueblo trabajador brasileño. Ya tenía en agenda dos grandes reformas estructurales: la laboral y la previsional, ambas violentos ataques a los derechos de los trabajadores. Pero, después de innumerables luchas parciales y sectoriales, y de una enorme huelga general (la primera en el país desde 1988), Temer entró en un proceso de profunda crisis política (denuncias de corrupción mediante) y hoy es un cadáver político que en cualquier momento puede caer. Todo el proceso brasileño es una expresión clara de cómo pueden terminar los intentos de llevar adelante estas recetas por un gobierno totalmente deslegitimado.

Mientras el presidente Macri en su recorrida por Asia ya aburre con la mentira de las famosas “inversiones” que nos van a salvar, la realidad sigue golpeando el bolsillo de los trabadores. La inflación de abril volvió a dar por las nubes: 2,6%, lo que acumula a lo largo de 2017 un 9,2%. Ya nadie se cree, ni el propio gobierno, la supuesta “meta” anual del 17%. Mientras tanto, el número de pobres se sigue incrementando. Ahora el Indec nos muestra que, mientras a diciembre del año pasado la canasta de pobreza era de 13.155 pesos, la mitad de los ocupados ganaba apenas 10.000.

Se anunció la semana pasada que los receptores de diversos programas sociales podrían ser empleados por las empresas tomando el monto de su plan como parte del salario a pagar por la empresa. El denominado “Plan Empalme” le permitiría a las patronales contratar trabajadores que están percibiendo esos planes, teniendo solamente que “completar” el salario hasta el valor establecido del mismo.

Mientras el gobierno de Macri sigue aumentando astronómicamente nuestra deuda externa, establece la jurisdicción extranjera para resolver cualquier litigio y pone como garantía todos los recursos del país.

Escribe José Castillo

La ex presidente inició una gira por Grecia y Bélgica. En Atenas se reunió con el primer ministro Tsipras, además de dar una conferencia en el marco del encuentro “Capitalismo y neoliberalismo. La crisis democrática. La experiencia sudamericana”. También se refirió al fallo de la Corte Suprema del 2x1 a los genocidas.

Escribe Guido Poletti