Esclavitud en pleno siglo XXI: Los talleres clandestinos de Macri

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Vista de la irracional y voraz superexplotación Volvió a salir a la luz uno de los hechos más aberrantes que suceden en plena ciudad de Buenos Aires donde gobierna el PRO: la existencia de miles de personas sometidas a condiciones de trata y superexplotación.

José Castillo • Candidato a Vicejefe de Gobierno por el Frente de Izquierda

El lunes 27 de abril se incendió el taller textil clandestino de la calle Páez al 2796, muriendo dos niños al quedar atrapados en su interior. Dicho domicilio ya había sido denunciado en setiembre de 2014 ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX). Lo que siguió es directamente un escándalo: se realizó una inspección y se dijo que “no puede probarse que en ese lugar funcionaba un taller clandestino”. Luego del incendio, pasando los días, empezaron a crecer las sospechas (y las pruebas) de que ahí se producía para grandes marcas. Hasta que el jueves 8 de mayo, en el mismo momento en que se realizaba una marcha a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad exigiendo más investigación, se “desató” un segundo incendio que borró todas las evidencias. Todo esto es una expresión tangible de la existencia de una red de superexplotación laboral e impunidad, que se aprovecha sobre todo de la población inmigrante con problemas de documentación.
No se trata de un caso aislado. Como antecedente tenemos otro incendio, que se produjo en 2006 en la calle Luis Viale, o el de la textil Elemento, donde un trabajador llegó a prenderse fuego desesperado por los malos tratos. Existen infinitas denuncias y se saben los domicilios donde funcionan estos talleres, llegándose a calcular la existencia de alrededor de 5000 sólo en la Ciudad de Buenos Aires. En ellos, hombres, mujeres y niños viven el horror de jornadas de trabajo de 18 horas, cobrando un peso por prenda, y en la mayoría de los casos durmiendo hacinados en cuchetas en los propios lugares de trabajo, sin las menores condiciones de seguridad, higiene, ventilación e intimidad.
Vista de la irracional y voraz superexplotación La realidad es que casi el 80% de la industria textil argentina hoy se produce con trabajo en negro, y una porción importante directamente en estos talleres clandestinos. Nadie controla nada: macristas y kirchneristas se pasan la pelota. El PROTEX (gobierno de la Ciudad) dice que si hay presunción de trata de personas (esclavitud) debe darse intervención a la justicia federal. Si, en cambio, hay sospechas de “explotación laboral”, la competencia le corresponde a los tribunales de la Ciudad de Buenos Aires. En la práctica, esto implica que de las infinitas denuncias sólo hay unos 200 casos que llegaron a la justicia, y “duermen” desperdigados en distintos juzgados.
La Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad, por su parte, afirma que solo tiene potestad para realizar inspecciones por “trabajos irregulares” (léase violación a la ley de marcas), o fallas en seguridad e higiene. El Ministerio de Trabajo de la Nación, por su parte, sostiene que todas las potestades de “policía del trabajo” han sido transferidas a la ciudad con la Reforma Constitucional de 1994. Como vemos, es un juego cínico del tipo “¿Yo señor? No señor; ¿pues entonces quien lo tiene?”, que da como resultado miles de personas sometidas a esclavitud y la repetición de muertes como la de los dos niños.
Hay que terminar ya mismo con este horror. Desde el Frente de Izquierda exigimos la clausura inmediata de estos establecimientos, el castigo a los dueños de las redes mafiosas y de las grandes firmas que las contratan, y a los funcionarios nacionales y de la Ciudad que hicieron y hacen la vista gorda. Y que las máquinas y materias primas sean expropiadas y entregadas a los propios trabajadores, para que estos se transformen en proveedores del estado, produciendo, con las condiciones que corresponden de seguridad e higiene, guardapolvos, sábanas y otros productos textiles útiles para la salud y la educación pública.


La esposa de Macri utiliza trabajo esclavoLa esposa de Macri utiliza trabajo esclavo

Juliana Awada ha sido acusada repetidas veces de utilizar talleres clandestinos y mano de obra esclava para sus marcas de ropa. La revista Noticias tituló ya en marzo de 2006: “Juliana Awada, denunciada por trabajo esclavo”. En la misma época otra denuncia fue tapa del diario Crónica: “el glamour puede tener su lado negro”. América TV llegó a firmar un documental con varios talleres clandestinos que trabajaban para grandes marcas entre ellas las medias Cheeky, propiedad de la esposa de Macri.
En 8 años ninguna de estas denuncias prosperó. Y los lugares denunciados ni siquiera sufrieron una “visita de inspección”. No extraña entonces que Buenos Aires “esté bueno”… para que florezca la esclavitud y la superexplotación. J.C.