Docentes, escuela pública: Las mentiras de Cristina
Por Guillermo Sánchez Porta - Dirigente de Docentes en Marcha
Cada vez que Cristina va a hablar, los docentes saben que vendrá una andanada de ataques hacia su labor. Ella quiere responsabilizar a los maestros por la crisis del sistema educativo y poner a los padres en contra de sus reclamos: que tienen tres meses de vacaciones y que trabajan cuatro horas, que no se capacitan, que los docentes de antes sabían de todo y los de ahora no. Sólo un necio puede sostener esos argumentos. El docente está en la escuela hasta el 28 de diciembre y vuelve el 13 de febrero. Con $3.300 ninguno puede vivir con un solo trabajo, por eso muchos trabajan los dos turnos y algunos hasta tres, dejando la salud y la vida en la escuela. ¡Las estadísticas oficiales muestran que más del 70% de las pacientes en hospitales públicos con enfermedades psiquiátricas son maestras!
El docente es el único trabajador que, por las exigencias de la realidad tecnológica del país, el 100% sabe y maneja computación e Internet, debe trabajarlo en las aulas y usar en su preparación y trabajo administrativo cotidiano. ¡Si Cristina tuviera que sentarse delante de una computadora a realizar el trabajo que hacen las secretarias de escuela de ingresos de datos semanal y mensual de la labor docente, no podría siquiera arrancar!
El crecimiento de la educación privada
Cristina dice que la educación privada crece "por los paros docentes". Las estadísticas oficiales la desmienten de cabo a rabo. Neuquén es la provincia que más paros docentes tuvo en estas dos décadas. Gracias a estas luchas y al apoyo de la comunidad, nunca se pudo implementar la Ley de Educación menemista. Allí, la matrícula en escuela pública es más del 90%, la más alta del país.
Nuestra legisladora porteña, la docente Laura Marrone, ha realizado numerosas ponencias denunciando la verdad sobre el presupuesto y la privatización del sistema. "En la provincia de Buenos Aires la matrícula privada ya está en el 35%. En Chile, uno de los sistemas más privatizados del mundo, es del 45%. ¡En la Capital donde la conducción sindical kirchnerista de UTE ha evitado los paros, la matrícula privada es del 51%!".
¿Entonces, por qué aumenta la educación privada si no es por los paros? Dice Laura Marrone: "desde la reforma del '93 creció el subsidio a la educación privada llegando a provincias como Córdoba o Santa Fe al 30% de sus recursos. En Ciudad, existen 1022 establecimientos educativos subsidiados. Provincia de Buenos Aires, en 2005, por cada peso que invirtió en un alumno/a de la escuela pública, destinó $0,55 a un alumno/a de la escuela privada. En el nivel superior hoy existen numerosos profesorados religiosos íntegramente financiados por el estado. Se financia a las iglesias y a empresas privadas de educación que compiten en matrícula con la escuela pública, incluso a costa de hacer peligrar cierres de cursos".
Además, como oficializó el ministro Bullrich en Capital -hace años se hace en varias provincias-, se entregan subsidios a padres que "no pueden inscribir alumnos en la estatal" (¡porque el estado no garantiza aulas ni infraestructura y cierra cursos!) para que paguen una privada. ¡Es por la política kirchnerista que crece el negocio de la escuela privada!
La mentira del aumento del presupuesto educativo
Siempre que puede, Cristina dice que este gobierno es el que más invirtió en educación en la historia. ¡Una gran mentira! "Desde los 90 el financiamiento está centralmente en manos de las provincias. Y el presupuesto de Nación sigue siendo mínimo: el año pasado fue de 5.7%, este año de 5.5%., lejos del 25% que hasta la UNESCO recomendaba desde hace décadas. ¡Es menos del 1.5% del PBI, mientras Cristina habla de 6,4%! Además, del presupuesto Nación sólo aporta el 30%, el resto lo hacen las provincias. Nación solamente aporta al nivel universitario y al "Incentivo Docente" y otros programas menores. Ese es el diseño que dejó instalado la reforma educativa del menemismo y que pidieron el Banco Mundial y el FMI y que el kirchnerismo mantuvo" explica Laura Marrone en su texto.
El estado de las escuelas públicas es, en general, lamentable. Son los docentes, junto a los padres, quienes las sostienen. Las pintan, arreglan, compran vidrios, cuadernos... hasta las tizas y los útiles tienen que pagar los maestros. Como vemos, al igual que con los ferrocarriles, la luz, el agua, el petróleo, los únicos interesados en mantener una escuela pública con educación digna, son los propios docentes y padres trabajadores. ¡No permitamos que las mentiras de Cristina y los gobernadores generen una grieta y consigan liquidar esta gran conquista social! Unamos docentes, padres, alumnos y trabajadores en una gran lucha para defender la educación pública, el salario docente y que el gobierno nacional ponga el presupuesto educativo necesario.
Presentismo: Un ataque al derecho de huelga
Este año, el eje del ataque del gobierno nacional fue "que los docentes faltan mucho y por eso hay que ponerles el presentismo". Los docentes, como cualquier trabajador de fábrica, tienen un régimen de licencias muy claro, específico y estricto. Tienen 20 faltas al año por enfermedad, que sólo pueden tomar si el médico laboral contratado por el gobierno las otorga. Los abusos cotidianos de estas empresas médicas negreras han generado incluso situaciones de violencia y denuncias penales. Cuando no se les otorga la licencia, se descuenta el día y, con diez faltas injustificadas, quedan despedidos. Hace tiempo se liquidó una vieja conquista que eran los "maestros volantes": no tenían cargo, pero si un docente se enfermaba lo iban a reemplazar en el día. Así, los alumnos no perdían ni un día de clase. Hoy sólo nombran suplentes si el docente falta más de cinco días, mostrando que a Cristina le importa nada los alumnos. Eso presiona socialmente al docente que, cuando tiene una enfermedad "leve" (anginas, gripe, disfonía, etcétera), la mayoría de las veces va a trabajar igual, para no dejar sin clases a los alumnos, hasta
que se enferma mal y con el riesgo de contagiar niños y compañeros. Además, desde hace un año el gobierno no paga las suplencias. Sólo en provincia de Buenos Aires hay 30 mil docentes que no cobraron en 2013, por lo que muchísimos ya ni siquiera toman suplencias para no trabajar gratis.
El pago por "presentismo" busca que los docentes vayan a la escuela en cualquier estado físico y, centralmente, ataca el derecho de huelga, descontándole parte de su sueldo si se hace paro.