La toma de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) ya lleva más de 20 días y no se va a levantar hasta que, como dicen los estudiantes, "se vayan todos". Este martes se acaba de protagonizar otra multitudinaria marcha de decenas de miles de estudiantes. Vaya todo nuestro apoyo.

La corrupción, la falta de democracia, los despidos de docentes de excelencia, la precariedad laboral, una universidad majestuosa a la que le faltan insumos, no funcionan los aires acondicionados ni las luces, y faltan aulas, mientras recibe un superpresupuesto de más de 240 millones de pesos, fermentaron en una población estudiantil que dijo basta. Como reguero de pólvora, de a poco, decir basta ganó la solidaridad de la sociedad riojana que no tardó en expresarse y festejar la caída de uno de los símbolos más fuertes del feudalismo en nuestra provincia: la renuncia del rector Tello Roldán, un eslabón más en la larga cadena de corruptos relacionados al gobierno kirchnerista y bederista. 

Dos domingos seguidos se convocó desde la universidad a marchar en apoyo a la toma, por la democratización y exigiendo la renuncia de toda la jerarquía tellista. A pesar de la impresionante movilización, con más de 20.000 personas la última, parece que la billetera de la UNLaR les impide renunciar (con sueldos de $50.000). Tello dijo: "si yo renuncio, varios se van conmigo". ¿De quiénes habla? Sin embargo, Tello presentó su renuncia pero la Asamblea Universitaria -máximo órgano del cogobierno universitario, plagado de funcionarios "tellistas"- todavía no se la aceptó. Y para los estudiantes todavía no está nada dicho. Por eso la lucha cada vez se extiende más.
Estudiantes de los profesorados y los secundarios hicieron llegar su solidaridad. Los trabajadores estatales, docentes, las federaciones universitarias de todo el país y distintas provincias enviaron su apoyo a la lucha de la UNLaR. Por eso la presencia y acompañamiento de nuestro compañero de Izquierda Socialista, Nahuel Fernández, recientemente electo presidente del centro de estudiantes de Sociales de la UBA, que trajo la solidaridad y experiencia. Las universidades de todo el país mandan su apoyo a la rebelión iniciada en La Rioja por democratizar la universidad.
El reclamo de más democracia ataca directamente a la estructura de la Ley de Educación Superior (LES), exigiendo mayor representatividad de los estudiantes en el gobierno y la elección directa del rector y de todas las autoridades por estamento. De triunfar este reclamo, el ejemplo de los estudiantes de La Rioja llegaría a cada rincón del país. Por eso la Franja Morada y La Cámpora están muy preocupados por perder la caja de las universidades que dirigen. 

La lucha de los estudiantes se desarrolla en el marco de una crisis importante en las filas del bederismo, que acaba de perder las elecciones (PASO) en manos del Frente Cívico y Social-FCS (radicales, socialistas y peronistas) y todo indica que la fuga de votos podría ser mayor camino a octubre por el creciente desprestigio entre los trabajadores. Para aumentar la intención de voto, Beder entregó $100 de aumento en negro, otorgó la recategorización a los estatales, carrera sanitaria a los médicos, entre otras cosas. Ningunas de estas medidas acalló la bronca desatada por los médicos, que convocaron a un paro por aumento de salarios. También pararon los judiciales por recategorizacion. Y en esta semana renunció el secretario legislativo por una discusión con el presidente de la Cámara, porque las recategorizaciones anunciadas por Beder afectaron solo a un 10% de los trabajadores en condiciones de recibir el beneficio. Todos dicen lo mismo: "hay que hacer como los chicos de la universidad. Decir ¡basta!"
Las próximas elecciones se avizoran negras para Beder y sus colectoras, al igual que para los candidatos de Cristina. Y los del FCS no son opción. Por eso, el 27 de octubre hagamos como dicen los estudiantes de la UNLaR, digamos "basta" y votemos por candidatos de izquierda y trabajadores, por una educación pública, gratuita y laica, contra la Ley de Educación Superior y por todas las reivindicaciones obreras y populares pendientes.