Venezuela: Gran huelga de la acería Sidor
Durante 20 días estuvo en huelga una de las mayores acerías de Venezuela, Sidor, nacionalizada por una gran lucha de los trabajadores en el 2008. La huelga fue producto del desborde de las bases ante la actitud del gobierno que está hundiendo a la empresa, apoyando mafias que negocian con su producción, no invirtiendo y negando a los trabajadores el contrato colectivo, provocando una gran baja del salario real y adeudando enormes sumas a los trabajadores, sin solucionar además el problema de la tercerización.
Aunque la semana pasada el gobierno había llegado supuestamente a un acuerdo con los trabajadores, después desconoció el acuerdo y el presidente Nicolás Maduro lanzó un brutal ataque por los medios de comunicación contra los huelguistas que despertó enorme indignación.
Maduro dijo que "es cosa de dos sindicalistas vendidos", que "esos trabajadores piden que les demos 500 mil bolívares a cada uno" y que la protesta era "financiada por los gringos de la embajada", además de amenazar con la represión de la Guardia Nacional. "El discurso amenazante de Nicolás Maduro fue escuchado en vivo en el portón 3 de Sidor por varios miles de trabajadores allí concentrados la tarde del sábado y las reacciones fueron de unánime rechazo... Desde la tarima, los dirigentes de Sutiss -de distintas tendencias, pero todos chavistas- rechazaron lo dicho por Maduro e incluso se organizaron para acudir a los tribunales y a la Fiscalía a solicitar una investigación ... porque sospechaban apuntaba a criminalizarlos" (barinas2012.net).
Como lo señala el comunicado de apoyo y solidaridad de C-CURA (Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria Autónoma) encabezada por Orlando Chirino: "La unidad y claridad alcanzada por los sidoristas debe inspirar el ejemplo en las luchas por venir y las que están en desarrollo. Sirva este ejemplo a los trabajadores petroleros, a los profesores universitarios, los eléctricos, cementeros, magisterio y la salud (sectores en conflicto), para vernos en ese espejo unitario. No aceptando el chantaje, ni la criminalización de la protesta como respuesta a las aspiraciones por lograr un contrato justo y el respeto a las conquistas laborales, cuando este gobierno solo nos aplica las medidas aprendidas con los capitalistas chinos.
Miguel Lamas