Cuatro tensas mañanas se vivieron en el centro de la ciudad la última semana de noviembre porque en la Cámara Criminal Nº 2 se sustanciaba el juicio oral al oficial de la policía provincial Claudio Salas, quien el 19 de diciembre de 2012 había asesinado a Brian Hernández, de 14 años, mientras paseaba por el barrio San Lorenzo con seis amigos de su edad en un auto con vidrios polarizados. Salas bajó del patrullero, se cruzó en medio de la calle para detener el auto y le disparó, desde atrás a la luneta, matando a Brian.

En la última edición de El Socialista, Ely Hernández, mamá de Brian, declaró que su expectativa en la sentencia era conseguir la cadena perpetua. Y tuvo razón, porque la elocuencia de las pruebas, y sobre todo la contundente declaración de los chicos que viajaban en el auto junto a Brian, sobre el accionar totalmente criminal de Salas que tiró a matar, le cerraron todos los caminos a la coartada esgrimida por la defensa del policía. Finalmente el tribunal sentenció por unanimidad la culpabilidad absoluta, sin atenuantes de Salas, y lo condenó a cadena perpetua. Tan contundente fue el fallo, que los abogados están preparando el segundo juicio, el Brian II, para juzgar a los policías que acompañaban a Salas por falso testimonio, complicidad y encubrimiento. Salas es el segundo policía que recibe la misma pena en esta provincia. El anterior fue Poblete, asesino del docente Carlos Fuentalba.

Otro asesinato más

Desde el martes 26 al viernes 29, con una importante concentración diaria en las puertas del tribunal, acompañamos a Ely Hernández, su familia, y a los abogados de la Agrupación Zainuco durante el desarrollo del juicio. La mayor concentración se dio el día que declaraban los chicos, amigos de Brian, porque todos vislumbrábamos los riesgos. Y, lamentablemente, la respuesta policial no se hizo esperar. A menos de 24 horas de la declaración del último testigo, Willy Gutiérrez, quien manejaba el auto la noche del asesinato, éste fue asesinado en su barrio por seis disparos en la espalda. El viernes a la mañana declaró y el sábado a las ocho de la mañana lo asesinó un sicario de la policía, el “gordo” González.

La respuesta no se hizo esperar. Y por la tarde del mismo sábado miles de personas marchamos por el centro de la ciudad hasta la casa de gobierno en repudio a este nuevo crimen, y más tarde acompañamos a la familia en el velatorio. Un nuevo reclamo se suma a la lucha por Brian, que es la exigencia de juicio y castigo al asesino de Gutiérrez y a sus instigadores, que están dentro de la policía.

Corresponsal