Gran huelga en la salud pública neuquina: Un avance con sabor amargo
Más de un mes de huelga realizaron los miles de trabajadores de la salud pública provincial. Desde hacía nueve meses los médicos venían exigiendo un aumento al básico, al igual que el resto de las categorías laborales. El gobierno les había ofrecido un aumento centrado en los ítems técnicos del escalafón. Fue rechazado unánimemente. Comenzó así una lucha con gran acatamiento e importantes movilizaciones. A diez días de comenzada el gobierno hizo un nuevo ofrecimiento, esta vez del 35% al básico. Los médicos aceptaron porque para su bolsillo era un incremento importante atendiendo que partían de un sueldo muy superior al resto de los trabajadores.
Los enfermeros, camilleros, mucamos y administrativos lo rechazaron porque el aumento, si bien iba al básico, lo que ya era un logro, absorbía cuotas pendientes a cobrar en los primeros meses del año y era bajo en los ítems técnicos para los enfermeros. Y también lo rechazaron porque comenzaron la huelga pidiendo un inicial de $10.000 como el gobierno le había asignado a los policías en huelga.
La huelga, ya sin médicos, continuó varias semanas por decisión de las asambleas hospitalarias. Solo se cubrían las guardias mínimas entrando en colapso la salud pública. El gobierno amenazó con descontar los días de paro e iniciar sumarios. Los trabajadores, sintiendo el desgaste y el rol totalmente desmovilizador de la conducción de ATE, resolvieron en la mayoría de las asambleas hospitalarias levantar las medidas aceptando la misma propuesta que habían rechazado en diciembre. Lo logrado fue un paso adelante al recibir el aumento al básico, pero con sabor amargo, ya que la magnitud de la lucha daba para más. No se superó a la conducción de la burocracia de ATE y CTA que nunca organizó un plan de lucha del resto de la administración pública para unificar los reclamos, y permanentemente hostigó a la izquierda por el protagonismo de la banca y de todos los partidos del FIT a lo largo del conflicto.
Las nuevas conducciones
La dirigencia de Ate, si bien fue superada en algunas asambleas, nunca perdió la conducción del conflicto, y llegó al final obligando a un cierre rápido en acuerdo con el gobierno. Dos nuevas conducciones aparecieron en la huelga. Una fue la junta interna del Hospital Provincial, donde, en elecciones previas al conflicto, la oposición, vinculada al PTS, derrotó a la burocracia. Lamentablemente, esa lista ganadora no exigió ni peleó por asumir la junta al comienzo mismo de la huelga, sino que aceptó hacerlo cuando la burocracia quiso, unos veinte días después. Dejó así la conducción del conflicto del hospital más importante en manos de dirigentes derrotados, lo que debilitó la organización y las tareas de la lucha. Y sobre el final, esta nueva conducción, cuando entró a firmar el acta, no puso como condición que entraran los dirigentes del Sindicato de Enfermeros de Neuquén (SEN), la otra nueva conducción mayoritaria en enfermería, cediéndole a ATE y a UPCN que siempre ningunearon a aquél.
Justamente, la otra nueva conducción que se destacó fue el SEN, un sindicato solo de enfermeros que se viene formando en defensa de las condiciones laborales propias de enfermería y como respuesta a la pésima gestión de ATE. Ya cuentan con inscripción gremial y están próximos a lograr la afiliación de más del 50% de los enfermeros de toda la provincia, jugando un rol muy destacado en la huelga, con columnas importantes en las marchas, con diversas acciones de lucha y con democracia interna. No aceptaron la propuesta del gobierno y mantuvieron el paro una semana más luego de la firma de ATE. Está surgiendo un nuevo sindicato dinámico y democrático que representa mayoritariamente al sector más postergado de la salud, los enfermeros.