China: La mayor huelga de su historia
La huelga duró dos semanas. Fueron protagonistas 70.000 obreras y obreros, productores de zapatillas deportivas de Nike, Adidas y otras famosas marcas, de siete fábricas del grupo Yue Yen. El hecho tuvo trascendencia mundial, comentado hasta por revistas económicas, preocupando a los capitalistas por afectar a la “fábrica del mundo” y a sus brutales tasas de explotación.
Escribe: Miguel Lamas
La huelga comenzó en Gaobu, Dongguan, ciudad del sureste de China, provincia de Canton. Se trata de la huelga declarada por el mayor número de trabajadores en la historia de la República Popular China. Algunos trabajadores que se jubilaron descubrieron que cobraban una miseria porque la empresa durante 20 años no hizo las contribuciones legales para la jubilación. Los jubilados avisaron a sus compañeros y compañeras en actividad. La noticia corrió como reguero de pólvora. Estalló la ira de la inmensa mayoría de los 40.000 trabajadores de Yue Yuen, que se pusieron en huelga indefinida el 14 de abril y salieron a protestar a las calles de Gaobu. El gobierno local respondió con un enorme despliegue policial. Unas 10 personas fueron detenidas y liberados en los días siguientes. La policía golpeó a varios de los manifestantes. Sin embargo, rápidamente la huelga se extendió a otras plantas, en otras ciudades. Esto pese a que el único sindicato es el oficial, dirigido por el Partido Comunista, que, por supuesto, no convocó a la huelga (jamás las convoca). Las huelgas están prohibidas.
“Especialmente común” que evadan seguridad social
El grupo Yue Yen es originario de Taiwán (es decir la llamada “China Nacionalista”, la isla que nunca fue parte de la República Popular China). Es la mayor productora de zapatillas del mundo. En sus fábricas produce para Adidas, Nike, Reebok, Ascis, New Balance, Puma, Under Armour, Timberland y Salomón. Además de en China, tiene fábricas en Indonesia, Camboya, Vietnam, Bangla Desh y México. En 2013 el grupo fabricó 313 millones de pares de zapatillas.
Los obreros y obreras de Yue Yen, en sus fábricas de China, pueden ganar hasta 400 dólares, incluyendo horas extras, si trabajan 60 horas semanales. He Gaochao, un profesor de asuntos públicos en la Universidad Sun Yat-sen, dijo que “es especialmente común que algunos gobiernos locales permitan incluso a las empresas extranjeras que evadan los pagos de seguridad social para atraer sus inversiones” (http://spanish.xinhuanet.com).
En la huelga los trabajadores reclamaron, además, aumento salarial. La huelga fue reprimida, algunos activistas fueron detenidos. El gobierno intervino y dijo que va a obligar a la patronal a cumplir con la seguridad social. Pero no se habló del aumento salarial. En estas condiciones terminó la huelga el 28 de abril.
Nueva ola de huelgas aterra al capitalismo global
China vive una nueva ola de huelgas. Hubo paros en muchas fábricas y también en sectores de salud y educación. Estas huelgas están poniendo en cuestión la base del “desarrollo” chino, que es precisamente la superexplotación de centenares de millones de trabajadores industriales de ese país, después de la restauración capitalista impuesta por la burocracia maoista en ese país. El capitalismo global depende hoy en gran medida de la dictadura capitalista del Partido Comunista chino, que le garantiza esta mano de obra barata y eficiente (es decir, donde no se hacían huelgas y se trabajaba duramente sin quejarse). Debido a las huelgas, el salario medio en China aumentó en los últimos años (un 17% anual desde 2009, aunque sigue siendo bajísimo). Esto fue una conquista directa de los trabajadores. Y han dado origen a organizaciones más o menos permanentes de activistas obreros por fuera del control político sindical del Partido Comunista.
Esta batalla de la clase obrera china por aumentar sus salarios, es parte importantísima de la lucha de la clase obrera mundial contra los planes de ajuste capitalistas (en Europa y Estados Unidos cuando hay reclamos obreros los patrones amenazan con llevarse la fábrica a China). Con sus huelgas los obreros chinos ponen en cuestión el modelo de explotación de la dictadura china y puede abrir, en perspectiva, un movimiento político de masas que ponga contra las cuerdas a la propia dictadura del Partido Comunista.