Hugo Moyano ha dicho que para agosto habría un paro general. Esa medida hace falta ahora. Hay que exigirla ya.

Escribe: Atilio Salusso

La inflación sigue comiendo los salarios. Y el gobierno también, quedándose con gran parte de los mismos con el impuesto a las Ganancias ¡Qué paradoja! Si en el viejo peronismo el aguinaldo fue una conquista, con el peronismo kirchnerista cientos de miles de trabajadores no lo van a cobrar. Por ese reclamo paran los bancarios el 8 de julio. Mientras los aumentos en las paritarias siguen por debajo de la inflación. Por eso la mitad de los 16 millones de ocupados gana menos de 4.500 pesos. Mientras la canasta familiar supera los $10.000. A esto hay que agregarle que el Indec ha reconocido que hay recesión, con suspensiones, despidos, rebajas salariales o directamente cierre de empresas, como Paty. En Lear (ver abajo) hubo 330 suspensiones y 100 de ellas se convirtieron en despidos. ¿No era que con el aporte estatal para financiar la compra de los nuevos 0 kilómetros se iban a evitar los despidos? ¡Qué caraduras! A su vez, muchas empresas quieren despedir, como en Donnelley, a través de recursos legales, como el procedimiento preventivo de crisis.

Moyano, después de dejar pasar varios meses desde el 10 de abril en que se llevó a cabo exitosamente el parazo general, ahora ha dicho que en agosto habría uno nuevo de 24 horas. Previo a eso, una marcha contra el impuesto al salario. Medidas que debería haber llamado hace tiempo si dice que hay que derrotar el ajuste de Cristina o frenar los despidos y suspensiones. Paro al que hay que agregarle ahora el reclamo por el no pago de la deuda. Dinero que tendría que ir para aumento de salario, jubilaciones, trabajo y otras necesidades populares.

Las peleas arrancan por gremio. Pero es imposible que desde cada sindicato se pueda dar una lucha unificada nacional. Hace falta ahora el nuevo paro general. Llamamos a hacer asambleas y plenarios de delegados para empujar y coordinar las luchas. Y, esencialmente, para exigir a la CGT Moyano, Barrionuevo y CTA Micheli que le pongan fecha al paro ya. El cual debería ser de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo. Pero aunque sea de 24 horas, como dicen, deberían convocar a todos los organismos de trabajadores para empujar al menos por esa medida. Llamando a los trabajadores de la CGT oficial y CTA Yasky desde ahora a rebelarse contra sus dirigentes y a parar.

Desde el Encuentro Sindical Combativo llamamos a debatir y aprobar esa exigencia ya resuelta en sus encuentros zonales. ¡Basta de techos salariales! ¡Salarios igual a la canasta familiar! ¡Que se prohíban por ley las suspensiones y despidos! ¡Abajo el impuesto al salario! ¡Contra el ajuste de Cristina y los gobernadores! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas! ¡Plata para salario y trabajo, no para la deuda externa! ¡Nuevo paro general ya y plan de lucha nacional!

Transporte: Boletazo del 100%

Cristina y Randazzo acaban de aumentar el transporte de colectivos en Buenos Aires un 20% (¡100% en seis meses!). Estaba a $1,50 en enero y pasó a 3 pesos en julio. Un duro golpe al bolsillo popular al mejor estilo Macri. El gobierno lo justifica de la misma manera que las patronales: por el aumento de los salarios a los choferes. ¡Después Cristina pide a los empresarios por cadena nacional que no trasladen la suba de los aumentos en los ingresos a los precios! ¡Flor de doble discurso! ¡Rechacemos el boletazo K! ¡Basta de tarifazos contra el pueblo!

1986: paro contra la deuda

El 10 de enero de 1986, un plenario de la CGT encabezada por Saúl Ubaldini llamó a un paro general. Uno de sus puntos fue “el cese inmediato del pago de los intereses de la pretendida deuda externa”. El paro se cumplió masivamente el 24 de enero. Luego la CGT elaboró un programa de 26 puntos. El primero decía: “Establecer una moratoria para el pago de los servicios de la pretendida deuda externa”. En marzo de ese año se convocó a otro paro general y movilización el 25 de marzo. El mismo fue masivo y se llenó Plaza de Mayo. Posteriormente Ubaldini negoció con Alfonsín, traicionando el plan de lucha. Pero eso no niega el hecho irrefutable de que el movimieno obrero argentino ya ha luchado por el no pago. Con ese antecedente exigimos que el nuevo paro de la CGT, incorpore la consigna del “no pago”.