¿Qué pasaría si no pagamos?
Ante la propuesta de nuestro partido de que no hay que pagar el total de la deuda externa, muchos se preguntan si es viable, si nos podría llevar a un caos económico, si nos podrían embargar o aislar internacionalmente. Una vez más, abordamos esta lógica inquietud.
Escribe: Juan Carlos Giordano
Desde el año 83, caída la dictadura, nuestro partido viene diciendo que no hay que pagar la deuda externa. Más de 30 años después, seguimos proponiendo lo mismo.
En todo este tiempo, entre trabajadores y demás sectores populares, surgieron dos preguntas que se reeditan. Una: “Pero cómo, ¿las deudas no se pagan?”. Es cierto, las deudas se pagan, pero las estafas no.
La deuda externa no es una “deuda normal”. Si una familia pide un crédito para comprar una heladera, o unos pesos a un compañero de trabajo para llegar a fin de mes, hay que devolverlo. Pero a la Argentina no le pasó eso, sino lo opuesto. No se contrajo una deuda voluntaria, sino que fue impuesta por un golpe militar con 30.000 desaparecidos. Y la plata que “entró” no fue en beneficio del pueblo argentino. Esa plata se usó para la bicicleta financiera y para comprar armamentos. Encima Cavallo en 1982 estatizó la deuda privada contraída por multinacionales como la Shell, el Citibank, Honda y Mercedes Benz, entre otras, que pasó a deber el pueblo argentino. Usted, trabajador, joven o jubilado: ¿está dispuesto a seguir pagando la deuda que contrajeron estos delincuentes de guante blanco?
Volviendo a los ejemplos, si alguien entra a nuestra casa y con un revólver nos obliga a firmar un pagaré de 50.000 pesos, tenemos todo el derecho de no pagarlo. Lo mismo hay que hacer con la deuda externa. Porque eso es lo que nos pasó. A esto hay que agregarle que la deuda externa ya se pagó varias veces (ver La deuda ya se pagó…)
Dicho esto, el lector podrá decirnos: “está bien, estoy de acuerdo en que no hay que pagar” e irá inmediatamente a la segunda pregunta: “¿pero qué nos puede pasar?”. Veamos.
Sería un facilismo creer que si Argentina deja de pagar no habría represalias o intentos de embargo. Pero esto ya nos está pasando por pagar. ¿O acaso qué es el fallo del juez Griesa sino un embargo de plata a los trabajadores argentinos?
Si de supuestos perjuicios vamos a hablar, veamos qué nos pasó en estos años por pagar, no por dejar de pagar. Los gobiernos que pagaron y pagaron nos llevaron a la hiperinflación en los 80 con Alfonsín (UCR), al remate del patrimonio nacional y despidos masivos en los 90 con Menem y el PJ, a la crisis de 2001 con la Alianza. Y ahora, a tener que pagar deuda con plata de los jubilados y las reservas, mientras la deuda sigue creciendo y la deuda social con el pueblo sigue sin solución.
Argentina tiene muchas herramientas para enfrentar embargos o boicots. Tenemos carne, leche, trigo. Los medicamentos los pueden hacer nuestros laboratorios. La tecnología e insumos la podríamos comprar de contado a terceros países. Y en caso de amenazas de banqueros, fondos buitre o países imperialistas, nosotros tendríamos el recurso de empezar a tomar medidas con sus bienes y los intereses que tienen en el país, los cuales son sideralmente mayores a los que tiene Argentina en el exterior.
A los buitres ya les han fracasado entre 200 a 900 embargos en este tiempo. Quisieron embargar el avión presidencial, la fragata Libertad y satélites argentinos en California, y no han podido. Si tomaran medidas contra Argentina, nosotros tendríamos que quitarles los bancos, tierras, empresas y multinacionales yanquis o de países del Club de París y pasarlos a manos del Estado nacional. Algo de esto ya tendría que haber hecho el gobierno ante el fallo vergonzoso del juez Griesa.
Ellos son quienes llevarían las de perder, no nosotros. Además, para enfrentar en forma mancomunada a la deuda buitre, llamaríamos a conformar un Frente de Países Deudores Latinoamericanos para dejar de pagar. Comerciando entre nosotros de manera independiente del imperialismo. Dando pasos hacia una segunda independencia nacional y continental. Ese frente de deudores estaría en mejores condiciones de enfrentar a los usureros.
Esta medida (no pago), desde ya, habría que tomarla como parte de otras complementarias (nacionalización de la banca y el comercio exterior, expropiación de multinacionales, reestatización de las privatizadas, nacionalización del petróleo y el gas, etcétera). Llamando a los trabajadores y demás sectores populares a luchar por el no pago. A movilizarse en el país y en el continente junto a nuestros pueblos hermanos.
En conclusión, hay solo dos caminos: o se sigue pagando una deuda fraudulenta con ajuste para el pueblo, o se deja de pagar para invertir ese dinero en satisfacer las urgentes necesidades populares. Nuestro partido optó y lo seguirá haciendo por el segundo.
La deuda ya se pagó varias veces
Una de las razones, entre otras, de por qué no hay que pagar más la deuda externa, es, sencillamente, porque ya se pagó. Y varias veces. De una deuda de 45.000 millones de dólares en 1983, se llevan pagados 420.000 millones. Aun así, según el gobierno, se deben 200.000 millones.
Uno de esos capítulos se dio con el gobierno de los Kirchner. Durante los últimos 11 años se pagaron 190 mil millones, de 145 mil que el gobierno reconoció a poco de asumir. Y si los bonistas del canje inician juicio la deuda ascendería de 120 a 500 mil millones de dólares más, según dice el propio kirchnerismo. Si usted, amigo lector, hubiese pagado varias veces una deuda… ¿la seguiría pagando?
CHARLA DEBATE
“No al pago de la deuda externa” “Balance de los primeros seis meses de la banca del Frente de Izquierda”
Exponen: JOSÉ CASTILLO (economista UBA, dirigente nacional de Izquierda Socialista) ANGÉLICA LAGUNAS (diputada provincial Izquierda Socialista en el FIT)
Sábado 9 de agosto, 17 horas.
Escuela Nº 180, Richieri y Linares, Neuquén Capital