Escribe: Juan Rivera 

Recientemente, el MST lanzó su fórmula presidencial Bodart-Ripoll 2015. Siguiendo la lógica de los partidos patronales, el MST se enfrasca en el debate electoral un año y medio antes de los comicios. En un escenario en que los trabajadores, lejos de estar debatiendo fórmulas presidenciales, discuten cómo enfrentar la ofensiva patronal y el ajuste, con crecientes conflictos contra los despidos y suspensiones.

Después de su alianza fallida con “Pino” Solanas, quien terminó abrazado a Carrió, el MST insiste con reeditar una suerte de Proyecto Sur sin Pino. El llamado formulado por el partido de Bodart-Ripoll incluye a Unidad Popular (De Gennaro-Lozano), que nada tiene que ver con la izquierda. Si algo han demostrado las elecciones pasadas, es la simpatía concitada por la izquierda unitaria conquistada por el FIT en un sector importante de trabajadores y jóvenes, obteniendo la bancada más importante de la izquierda revolucionaria en la historia del país. Capitalizando el giro a izquierda electoral que el mismo MST reconoció. Pero parece que el empeño del MST es desviar ese camino en ascenso de la izquierda, proponiendo un nuevo engendro de centroizquierda que ya fracasó. Pretender arrastrar al FIT detrás de la centroizquierda es no haber sacado ninguna conclusión de sus errores.

El MST viene de coincidir en su momento con Pino en enfrentar a Macri y al kirchnerismo, no así a la UCR, abandonando la pelea histórica contra “el bipartidismo”. Hasta llegó a decir que Carrió no era un obstáculo para la unidad junto a Proyecto Sur, siempre y cuando Lilita no fuera en los primeros cargos. Luego tuvo que romper con Proyecto Sur (con quienes compartieron ese “movimiento” durante años diciendo que encarnaba un proyecto emancipador) solo por las ubicaciones en las listas. Recordemos también que el MST es parte orgánica de la conducción de la CTA Micheli, a la cual consideran una alternativa a la burocracia peronista, cuando no es nada más que una burocracia de centroizquierda que tributa para políticos de la oposición patronal.

A su vez, la propuesta del MST incluye dirimir en las PASO las candidaturas entre su fórmula, la del FIT y Unidad Popular (que proclamará en días a De Gennaro presidente mientras Lozano es tentado por los K para enfrentar a Macri), “aprovechando” esas internas para lograr una “unidad atractiva y distinta”, dicen.

Izquierda Socialista ha sostenido desde un principio, junto a numerosas organizaciones, que las PASO implementadas a través de la reforma política no son más que una trampa antidemocrática y proscriptiva para intentar borrar a la izquierda y otras expresiones del terreno electoral. Pese a que el FIT ha logrado quebrar esa barrera proscriptiva, seguimos sosteniendo lo mismo. Por eso estuvimos en contra que el FIT, a propuesta del PTS, dirima sus candidaturas mediante ese mecanismo. EL MST, que en las elecciones pasadas fue proscripto en muchos distritos por no superar ese piso, debiera condenar el carácter de las PASO en vez de embellecerlas.

Llamamos a seguir fortaleciendo al Frente de Izquierda, que se ha demostrado como una gran herramienta para postular a los trabajadores y a la izquierda como alternativa ante los partidos patronales y la centroizquierda.