¿Quién debe pagar los impuestos? ¡El salario no es ganancia!

(Tiempo estimado: 2 - 4 minutos)

Movilización de trabajadores contra el impuesto al salarioEl gobierno de Cristina, apretado por la bronca popular y el anuncio de un paro general, no descontará el impuesto a las ganancias sobre el medio aguinaldo de diciembre. Ese impuesto sigue siendo un verdadero robo. Tienen que tributar más las grandes patronales, los ricos y multinacionales. Los trabajadores en Argentina son los que sufren la mayor parte de la carga impositiva

Escribe: José Castillo

Hagámonos una primera y sencilla pregunta: en la Argentina, ¿se paga poco o mucho de impuestos? Los trabajadores pagamos mucho, muchísimo. Algunos estudios dicen que dejamos más del 50% de nuestro salario en impuestos. Además, no sólo a un cada vez más alto número de asalariados le descuentan impuesto “a las ganancias”. También pagamos 21% de IVA cada vez que vamos a comprar un artículo de consumo.

Lo que sucede es que los capitalistas, los ricos, los poderosos, los patrones, pagan infinitamente menos impuestos que nosotros y que la media de otros países. Los mecanismos son diversos. En nuestro país están exentos la renta financiera, la herencia y la compra de montones de artículos de lujo. Impuestos que, formalmente deben ser “a la riqueza”, aparecen violentamente distorsionados, y casi no existen. Tenemos también el fenómeno de la “elusión”, término que significa “evasión legal”. La AFIP está “hecha a medida” para que, a través de múltiples resoluciones y trámites complejos, los grandes estudios contables logren “demostrar” que tal o cual empresario no tiene que pagar nada, o, a lo sumo, un monto marginal. Y, por último, pero no menor, tenemos directamente la evasión, el delito de no pagar. Mientras que el asalariado o el pequeño comerciante “no tiene como escapar”, a riesgo de verse clausurado o inhibido, las grandes empresas locales o extranjeras directamente no pagan lo que legalmente les corresponde, truchan resultados o fugan capitales, con la certeza que, más temprano que tarde, les llegará un “blanqueo” que hará borrón y cuenta nueva. Todos estos datos explican por qué, en nuestro país, el impuesto que genera la masa más importante de la recaudación sigue siendo el IVA.

¿Cómo que el salario es una “ganancia”?

En nuestro país, el impuesto a las ganancias existe desde la década del ’30. Seamos claros: en cualquier lugar del mundo, “ganancia” significa el excedente que gana el patrón de una empresa por sobre el capital invertido. En nuestro país, se agregó a eso la llamada “cuarta categoría”, que tenía como objetivo descontar “impuesto a las ganancias” a los grandes sueldos, por ejemplo el de los gerentes. Pero en 1999, el entonces ministro de la Alianza, José Luis Machinea, distorsionó los valores, se lo llamó “la tablita”. A partir de ese momento cada vez más grupos de trabajadores con salarios medios y altos comenzaron a ser alcanzados por el descuento. Pasaron los años, vino la inflación kirchnerista, tanto Néstor como Cristina dejaron “congelados” los valores mínimos a partir de los cuáles se descontaba el impuesto y llegamos a la situación actual. Mientras en la crisis de 2001 los salarios tributaban por ganancias un 9%, ahora pagan entre el 27 y el 35%. Hoy el gobierno le descuenta anualmente a los trabajadores 74.000 millones de pesos, más que el total de presupuesto anual de Desarrollo Social y tres veces y media el presupuesto de Salud. Se trata de un verdadero saqueo al bolsillo del trabajador.

Nuestro planteo es clarísimo: ningún trabajador bajo convenio colectivo de trabajo debe pagar impuesto a las ganancias. Y luego se deben reformar las escalas: el impuesto a las ganancias debe tener un piso de ingresos alto y las tasas deben ir subiendo en proporción geométrica, de tal forma que, efectivamente, lo paguen los patrones en proporción a sus ganancias sobre el capital. Al mismo tiempo, esto deber ir acompañado por una reforma impositiva profunda, que haga que efectivamente paguen más los más ricos. Hay que eliminar el impuesto más regresivo de todos, el IVA. Hay que terminar con las exenciones. ¡Que pague impuestos la renta financiera! ¡Que paguen fuertes impuestos las megamineras, petroleras y todas las multinacionales! ¡Que haya un fuerte impuesto a la herencia! ¡Que el impuesto inmobiliario urbano y rural lo paguen efectivamente los grandes terratenientes y especuladores urbanos! ¡Impuestos especiales a las grandes fortunas, riquezas y superganancias patronales!. Así se debería financiar un estado que ponga efectivamente en marcha un nuevo plan económico, obrero y popular, al servicio de las más urgentes necesidades de salario, jubilaciones, empleo, trabajo, salud, educación y vivienda.

Opina el lector

Nombre 
Mensaje 
Localidad 
Teléfono 
email