Escribe: Agustin Gigli Izquierda Socialista Esquel y miembro Asamblea Vecinos Autoconvocados

El 25 de noviembre vencía el plazo para que la legislatura provincial de Chubut debata la ley que prohíbe la megaminería, impulsada por la UACCh (Unión de Asambleas Ciudadanas Chubut) y presentada por iniciativa popular. Luego de 6 meses desde la presentación, al vencer el plazo y a último momento de ser tratada, aparece un dictamen de comisión por mayoría con “modificaciones”. Estas modificaciones cambiaron la esencia del proyecto, convirtiéndolo en otro, donde se regula la actividad minera, zonificando la provincia y convocando a plebiscitos para determinar la “licencia social” únicamente en los pueblos donde se instalarían las mineras.

Ante esta situación, la reacción fue clara. Desde la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel por el No a la Mina se convocó a asamblea y movilización.

El jueves 27 se marchó por las calles céntricas y el 4 de diciembre, como fue debatido y luego aprobado, la movilización se dirigió a las viviendas de los tres legisladores provinciales que votaron a favor de la ley minera y viven en la ciudad, todos pertenecientes al Frente para la Victoria, y al intendente Williams también del kirchnerismo. El repudio fue masivo: más de 5000 personas recorrieron seis kilómetros por la ciudad expresando su rechazo a los legisladores y al hecho de no haber tratado la ley impulsada por más de 13.000 firmas.

La Asamblea de Vecinos votó declarar nula la ley, porque surgió de un proyecto totalmente opuesto al presentado (el cual no fue discutido) y porque la votación se hizo a partir de la injerencia de las empresas mineras, como quedó demostrado al ser fotografiado un legislador del PJ mientras recibía en plena sesión un mensaje de un gerente minero indicándole modificaciones al texto.

Esta nulidad no saldrá ni de los propios legisladores (legislatura compuesta casi en su totalidad por variantes del PJ) ni del gobernador kirchnerista Buzzi o la justicia a menos que la movilización se lo imponga. Por esto es necesario seguir movilizados, construir un paro provincial por la nulidad de la ley megaminera, bajo la convicción de que el saqueo y la contaminación no crean trabajo digno sino que destruyen las fuentes laborales actuales. Mostrando que Esquel (donde con la movilización se logró detener los proyectos mega mineros) vuelve a marcar el camino para enfrentar a estos gobiernos y multinacionales entreguistas.