El 30 de diciembre se van a cumplir diez años de la “masacre” de Cromañón, que arrebató la vida a 194 jóvenes, jóvenes que tenían ilusiones de vivir, estudiar, trabajar, formar una familia. “A los pibes no los mataron ni las bengalas, ni el rock and roll, sino la corrupción”, se gritó en estos años.

Diez años de lucha permitieron meter preso al empresario Chabán (quien falleció recientemente en la cárcel), y ahora, aunque muy tarde, al dueño del boliche Cromañón, Rafael Levy. Pero no fue imputado el Jefe de Gobierno de entonces, Aníbal Ibarra. Este corrupto –denunciado valientemente por Mariana Márquez, la mamá de Liz muerta en aquella noche trágica–, al grito: “Ibarra, sos un cadáver político”. Así fue. Mariana falleció posteriormente de una enfermedad terminal, sin dejar de batallar hasta el último suspiro por justicia para su hija y demás masacrados. Dejando marcado un justo camino de rebeldía.

La lucha de los familiares obligó que destituyeran a Ibarra mediante un juicio político. Pero volvió de la mano del kirchnerismo, quien lo apañó en todos estos años. Semanas atrás Ibarra fue repudiado por vecinos de su barrio y escrachado el pasado viernes 5 frente a la legislatura por Avisar (Asociación Civil de Víctimas de la Inseguridad Social en Argentina), que encabeza el papá de Lucas -asesinado en Cromañón-, José Guzmán (foto). “Lucas no murió de muerte natural, lo asesinaron”, señala José. “Mi hijo esa noche entró a una cámara de gas”, remató.

José, junto a sobrevivientes y familiares de la zona donde vivía su hijo, proyectó en la escuela nº 133, González Catán donde Lucas cursó sus estudios primarios, el documental “El sobreviviente”. Hecho por Débora, una sobreviviente, es una proyección sumamente lograda, emocionante y comprometida. Un testimonio para las presentes y futuras generaciones. En el relato, José, junto a otros protagonistas, cuenta la historia de vida de Lucas y Liz, y los distintos pasos de esta heroica lucha. Denunciando a los negocios capitalistas de empresarios corruptos apañados por los gobiernos de turno. José se quebró en una oportunidad, pero cuando tomó el micrófono dijo estar más entero que nunca, agradeciendo la “energía” brindada para seguir luchando. Por cárcel para Ibarra. “Es mi lucha, y cuando yo ya no esté, la van a seguir mis hijos y nietos, esto no acaba nunca”, dijo a los presentes. José, igual que Mariana, habían decidido, además, abrazar la lucha por un cambio de sistema, ingresando a las filas de nuestro partido. Hoy José sigue siendo parte de Izquierda Socialista, lo cual nos llena de orgullo.

En el acto en la escuela lo acompañaron también dirigentes de nuestro partido, Graciela Calderón, José Castillo y Gringo Giordano, quienes saludaron el emotivo evento. Un paso más en el compromiso para terminar con la impunidad, por cárcel para Ibarra y todos los responsables, y contra este sistema capitalista. Para erradicar todos los cromañones que seguirán ocurriendo si a este país lo siguen gobernando los políticos de siempre. Por eso marcharemos el próximo 30 de diciembre a Plaza de Mayo.