Escribe: José Castillo 

A principios de año, la propia Stolbizer, en una de las clásicas entrevistas del verano, se terminó deschavando: “entre Altamira y Macri y Massa no hay nada. Hay un espacio vacante que si no lo ocupamos se lo dejamos al Frente de Izquierda” (El Cronista, 9/3). Ese es el sentido de la presentación de una candidatura que expresa lo más profundo de la crisis de la centroizquierda, limitada a oficiar de “tapón” para tratar que quienes rompen con los partidos patronales, no vayan directo hacia la izquierda.

La historia del armado de la lista del “Frente Progresistas” fue patética. Primero desapareció el Frente Cívico y Social y el Unen, por la decisión del radicalismo de ir al acuerdo con Macri y Carrió. Luego resultó fallido el intento de acuerdo Unen-Frente Amplio Progresista, y Hermes Binner se bajó de la postulación presidencial. Ahí fue, en Abril, cuando “le tiró el muerto” a Stolbizer. Para hacerlo todavía peor, hace pocos días anunció que el socialismo santafecino ni siquiera la apoyaría. Presentando una boleta con Binner candidato a senador que no iría pegada a la de Margarita.

La ex dirigente radical (y ex Coalición Cívica de Carrió), sin encontrar quien le aceptara ser su vicepresidente, logró finalmente convencer a un burócrata sindical de Empleados de Comercio de Córdoba, el radical Miguel Angel Olaviaga.

Stolbizer buscó la bendición a su candidatura en Estados Unidos. Así arrancó su campaña en el Consejo de las Américas en Nueva York. Ya de vuelta, se dedicó a seducir a la plana mayor de la Unión Industrial Argentina, en una reunión en la que habló de buscar “una relación virtuosa con el sector privado”, haciendo que el presidente de la entidad, Héctor Méndez, afirmara que se había quedado “encantado con la propuesta” (Clarín, 17/6). Para no dar puntada sin hilo, también visitó a la CGT de Moyano y ambos se tiraron flores.

El frente “Progresistas” justamente no tiene nada de progresistaEs la historia repetida (ya más como farsa que como tragedia) de una centroizquierda que ya fracasó. No hay ahí ninguna salida a favor de la clase trabajadora y los sectores populares. La única salida es el Frente de Izquierda.