Deuda externa, Scioli, Macri y Massa van a seguir pagando: ¡Es mentira que nos estamos “desendeudando”!

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El gobierno de los Kirchner es el que más deuda externa pagóEl kirchnerismo quiere aprovechar la crisis griega para decir que acá “sí resolvimos el problema de la deuda”. Es rotundamente falso. La deuda externa sigue siendo el gran problema de la economía argentina. Y tanto Scioli, como Macri y Massa plantean seguir pagándola.

Escribe Juan Carlos Giordano - Pre candidato a Vicepresidente

La crisis griega está conmoviendo al mundo. Ante las exigencias de ajustar hasta el desangre para seguir pagando, el resultado de la consulta donde el pueblo griego se pronunció por el “No” y la posterior defección de Tsipras, el gobierno kirchnerista y sus publicistas económicos salieron a plantear que nuestro país habría evitado tener que vivir situaciones semejantes gracias a la política de “desendeudamiento” de Néstor y Cristina.

Esta afirmación, repetida hasta el cansancio, es una burda mentira. En pocas palabras: cuando asumió Néstor Kirchner en 2003 debíamos 140.000 millones de dólares, el gobierno pagó en efectivo desde entonces más de 180.000 millones, hizo dos canjes (en 2005 y 2010), reconoció capital e intereses caídos de supuestas deudas con el Ciadi y Repsol, y ahora debemos 250.000 millones de dólares (según reconoce el propio Indec) y más de 300.000, según la realidad, si sumamos todos los otros conceptos que este organismo esconde.

Pero eso no es todo. En el último año el Ministro de Economía Axel Kicillof ha vuelto abiertamente a tomar nuevos créditos, ufanándose de haber obtenido 6.000 millones de dólares (a la tasa del 9% en dólares, la más alta del mundo). La consecuencia de todo esto es que sigue creciendo la bola de nieve de la deuda, con vencimientos crecientes en los próximos años.

El flagelo sigue vigente: no hay que pagar más

Aunque el gobierno acepta que el número total de la deuda está creciendo, dice que eso no sería un problema, ya que la mayor parte está en manos de organismos del estado y por lo tanto “no habría que pagarla”, pudiendo refinanciarla indefinidamente. ¿Qué significa esto? Que durante estos años el gobierno usó las cajas de instituciones como el Anses para pagar los vencimientos, sacando la plata fresca de estas entidades y reemplazándolos por “bonos de la deuda”. En concreto, dentro de muy poquito escucharemos nuevamente que las cajas están fundidas y que por eso las jubilaciones tienen que seguir siendo de miseria. Cada vez que un jubilado nos cuenta su drama porque no le alcanza para el alquiler, la comida o los remedios, y desde el gobierno nos dicen que “es imposible” pagar el 82% móvil, ello se debe a que ese dinero se está destinando a los pagos de deuda. Cada vez que se ve un hospital en ruinas, o con gente esperando para ser atendida desde la madrugada, es porque el dinero que debería destinarse a salud va para los pagos de la deuda. Cuando los docentes protestan por sus salarios de miseria o porque directamente no cobran, o los estudiantes porque las escuelas se caen a pedazos, el dinero que falta se usó para pagar algún vencimiento de la deuda.

¿Qué nos proponen Scioli, Macri y Massa? Lo mismo de siempre. Ajustar para seguir pagando, con la promesa de que así vendrán “nuevos capitales”, léase otros préstamos para refinanciar los actuales, que seguirán agrandando la bola de nieve de la deuda. No es una novedad: oficialistas y opositores pueden pelearse por muchas cosas, pero cuando llega la hora de pagar la deuda están todos de acuerdo. Así fue como peronistas -kirchneristas y antikirchneristas-, radicales, centroizquierdistas y del PRO votaron siempre los canjes de 2005 y 2010.

Hay una sola voz solitaria, que desde hace décadas viene denunciando esta estafa y planteando una salida diferente, la izquierda. Volvemos a decir en esta campaña, no hay salida para la Argentina, no hay programa que resuelva las más urgentes necesidades populares que no pase por dejar de pagar la ilegal, inmoral, impagable y fraudulenta deuda externa. Por eso hay que luchar y votar el 9 de agosto al Frente de Izquierda, con la fórmula Altamira-Giordano.


Parlasur: Frente de Países Deudores

El kirchnerismo ha agregado a las elecciones nacionales la de miembros del Parlasur. Este organismo, de casi nulo funcionamiento, es apenas un Parlamento consultivo del Mercosur. Hasta ahora viene funcionando con parlamentarios designados por los propios congresos de cada país. Deberá, según el cronograma vigente, ser reemplazados por parlamentarios electos hacia 2020. El kirchnerismo decidió “adelantar” la elección de miembros argentinos al Parlasur, como parte de sus maniobras para dar cobertura a una eventual candidatura de la propia presidente Cristina Fernández de Kirchner. El hecho de que el oficialismo haya “ordenado” sus candidaturas de otro modo, ha deslucido y dejado en el limbo la utilidad de esta elección.

El Mercosur vive su momento más crítico. A pesar de que se lo quiera tapar con “festejos” como la incorporación de Bolivia como miembro pleno del bloque, la última reunión de presidentes no pudo escaparle al hecho de que el gobierno de Dilma está en medio de una crisis pavorosa, rodeada de denuncias gravísimas de corrupción y en medio de una recesión económica causada por su propia política de ajuste.

Al Mercosur se lo quiere presentar como parte de las instituciones de la “integración latinoamericana”, junto con otras, como el Unasur. Pero en la realidad siempre fue sólo una plataforma de negocios para las multinacionales, en particular las automotrices. La crisis brasileña, el socio “mayor” del bloque, no es aislada; es un hecho que toda la región que creyó “zafar” de la crisis mundial con los altos precios de las materias primas como la soja y el petróleo, ahora se enfrentan a la hora de la verdad. No hay posibilidad de “redistribución de la riqueza” sin dejar de pagar las deudas usurarias que nos saquean desde hace décadas. Las elecciones al Parlasur, deslucidas y hasta “truchas”, sólo tienen alguna utilidad si ponen en discusión cuál debe ser un programa real de independencia para la región, que indefectiblemente debería empezar por conformar un frente de países deudores latinoamericanos para enfrentar unidos al imperialismo, dejando de pagar la deuda en camino a una segunda y definitiva independencia.

J.C.G. 

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