Scioli, Macri y Massa: ¡Clientelismo, represión y más ajuste!
La elección de Tucumán resultó un nuevo escándalo, y la brutal represión, otro tanto (ver página 3). El “triunfo” del Frente para la Victoria con el ex ministro Manzur -apoyado por Cristina y Scioli-, estuvo teñido de todos los condimentos: patotas de la interna del PJ gobernante robándose y quemando urnas, tiros, periodistas golpeados por filmar entregas de bolsones, y el más puro clientelismo K pagando para que la gente los vaya a votar. En muchas localidades hubo más de cien boletas en el cuarto oscuro, 25.000 candidatos y decenas de fiscales tipo patotas del PJ. La represión desatada indica hasta dónde puede llegar el kirchnerismo para mantenerse en el poder.
El opositor José Manuel Cano (candidato de Macri, la UCR, Massa y Stolbizer) se hace la víctima, cuando la UCR y el Partido Socialista de Binner en Santa Fe hace meses pararon el escrutinio faltando miles de votos sin escrutar, dejando afuera al Frente de Izquierda de las Paso cuando tenía los votos para llegar, cosa que finalmente ocurrió.
Días atrás asesinaron a un joven en Jujuy mientras repartía boletas de la UCR.Y en la provincia de Buenos Aires, Aníbal Fernández y Julián Domínguez se acusaron de narcos.
Scioli, cantando la marcha peronista al lado de Alperovich junto a Aníbal Fernández, muestra que está jugado a ponerse al hombro todo el aparato del PJ, incluido el kirchnerismo más rancio, para intentar ganar en primera vuelta, algo que se le ha complicado, causando estupor en los sectores progres K que ya lo vienen tildando como el candidato de los 90.
La inflación, salarios y jubilaciones de pobreza, la falta de obras para frenar las inundaciones, cloacas o de gas, hospitales y escuelas en estado calamitoso, el avance del narcotráfico, la inseguridad y los femicidios, son moneda corriente. ¿Qué dicen Scioli, Macri, Massa? Están preparando un mayor ajuste, pero hablan de otra cosa. O no hablan. O dicen banalidades.
“No dije lo que iba a hacer, si no, no me votaba nadie”. El consejo de Carlos Menem es seguido al pie de la letra por todos ellos. ¿Alguien los escuchó decir cómo van a bajar la inflación, subir los salarios y las jubilaciones, crear más puestos de trabajo, hacer las obras para evitar las inundaciones o construir las viviendas que hacen falta? Nada. Están preocupados en cómo ganar en octubre y desde el poder, seguir salvando las ganancias de los bancos, multinacionales y grandes empresarios.
Scioli pide el voto para que “nunca más la variable de ajuste sean los trabajadores” (Página 12, 22/8). ¡Pero es el que no le paga el salario a miles de docentes de la provincia de Buenos Aires! Deja que sigan los despidos y suspensiones como en las automotrices. Y encima se fue a Italia dejando en banda a miles de inundados. Llama a votar por “el proyecto” y para que no haya “un cambio atrás”, pero el paso adelante que propone es seguir con más pobreza, corrupción y represión,al mejor estilo Tucumán.
Por su parte, Macri le dice a cualquiera que reclama, “aguanten hasta el 10 de diciembre”. Es decir, que esperen. ¿Para resolverles algún problema? Ninguno. ¡Si en la Ciudad hay trabajo esclavo, se deteriora la salud y educación pública igual que en todos lados y crecen las villas! Massa habla de devolver el 82% móvil (¡del actual salario mínimo de indigencia!), combatir el narcotráfico y cuantas cosas más, cuando fue funcionario de Cristina y avaló todas las chanchadas en el Anses y la intervención kirchnerista al Indec. Ninguno es salida para el pueblo trabajador. Todos quieren que los futuros episodios de la crisis capitalista sean descargados sobre las espaldas del pueblo trabajador.
Cuando los economistas de Scioli, Macri y Massa hablan de “retocar” la economía, se refieren a aplicar tarifazos; devaluar (en beneficio de los exportadores y en perjuicio del pueblo); dejar correr más despidos y suspensiones (contra los cuales no hacen nada) y a seguir pagando aún más la deuda externa, incluso a los fondos buitre. ¡Esto lo ha dicho hasta el mismísimo Kicillof!
Cuando Cristina dice que el “mundo se cae a pedazos”, es para decir que acá hay que aguantar el trago amargo del mayor ajuste que se viene. Y cuando Macri y Massa hablan de que van a recibir “una pesada herencia”, usan el argumento preferido para preparar el terreno para próximas medidas antipopulares, mostrándolas como “inevitables”.
El Frente de Izquierda, ante esta cruda realidad, llama a los trabajadores a luchar y a votar por el salario, contra los despidos y para que los recursos del país no vayan a los de arriba sino a solucionar los graves problemas sociales de los de abajo. A votar contra el mayor ajuste que se viene con Scioli, Macri y Massa, y por una salida de emergencia, obrera y popular.
El FIT propone llevar el salario al valor de la canasta familiar ($14.000), denunciando la tregua de la burocracia sindical tanto oficial como opositora. El 82% móvil. Por la derogación del impuesto al salario (Ganancias), del IVA de la canasta familiar, y un impuesto progresivo a la renta y transacciones financieras. Por el fin del trabajo en negro y precarizado. Prohibición de despidos y suspensiones, reparto de las horas de trabajo con igual salario y estatización de toda fábrica que cierre o despida.
¡Plata para salario, trabajo, salud y educación, no para la deuda! ¡Plata para obras que eviten las inundaciones y viviendas populares, no para los usureros internacionales! Basta de beneficiar con la obra pública a Techint, Electroingeniería, Roggio, Lázaro Báez e Iecsa (primo de Macri). Que el estado se haga cargo de las obras que faltan dando trabajo a la mano de obra desocupada bajo un plan controlado por los sindicatos y organizaciones barriales y de desocupados.
No puede ser que las reservas del Banco Central se estén vaciando porque este gobierno lleva pagados 180.000 millones de dólares para una deuda externa usurera e ilegítima que encima ya se pagó varias veces. ¡Toda la deuda es buitre! ¡No hay que pagarla más! Y ante una nueva devaluación, o el tema del dólar, planteamos nacionalizar la banca y el comercio exterior. Por estas propuestas el FIT llama a luchar ahora y a votar en octubre.