Elecciones a intendente en Córdoba
El pasado domingo 13 de septiembre se llevaron a cabo las elecciones a intendente y a concejales. La misma mostró un retroceso de los partidos tradicionales, y que el FIT estuvo peleando hasta último momento por entrar al Concejo Deliberante (le faltaron 1000 votos), haciendo una buena elección (3,5%, superando ampliamente el 1,4% de 2011).
La nota de la elección la dio el candidato de Cristina y del Frente para la Victoria, Giacomino, quien sacó el 2% de los votos (por detrás del FIT), sin obtener ningún concejal.
Ganó Mestre (UCR más PRO) con el 32%, bajando su votación de 2011 (había logrado el 35% yendo solo como UCR, ahora fue con el apoyo de Macri). Luis Juez salió cuarto, resultando un fiasco. Junto a Riutort (un sector del PJ), dijo que iba pelear la intendencia y sólo cosechó el 17%. Llegó a llorar por televisión ante los magros resultados. El candidato de Schiaretti y De la Sota, Dómina, salió tercero.
El segundo lugar lo ocupó Tomás Méndez (Movimiento ADN), con el 22%, un periodista reconocido por sus cámaras ocultas y denuncias contra los narcos. Canalizó el “voto bronca” en barrios humildes y populares y ocupó un vacío electoral que dejaron los partidos tradicionales. Pero no se trata de “trigo limpio”. Habló de “combatir los negociados”, mientras llevó de vice intendente a un empresario de la construcción que hace obras para el gobierno. Muchos sectores, incluso votantes del FIT, confundidos, lo votaron. Pero ya se está haciendo la experiencia con él. Se supo que fue financiado por sectores del gobierno nacional (viendo que con su candidato Giacomino no pasaba nada); Scioli lo saludó después de la elección y su lista es una bolsa de gatos, con ex juecistas, ex kirchneristas, del Partido Socialista, etcétera. Liliana Olivero recibió llamados diciendo que habían votado por Méndez, pero que el 25 de octubre la van a votar a ella y al FIT para que llegue al Congreso Nacional. Pelea que hay que dar con fuerza desde ahora.