El gabinete de Macri

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Nuevas caras, varias más cercanas al mundo empresario, para llevar adelante las mismas viejas políticas que hasta ayer el kirchnerismo: gobernar al servicio del imperialismo, los patrones y contra el pueblo trabajador.Nuevas caras, varias más cercanas al mundo empresario, para llevar adelante las mismas viejas políticas que hasta ayer el kirchnerismo: gobernar al servicio del imperialismo, los patrones y contra el pueblo trabajador.

Por José Castillo

Asumió Macri. Hay un nuevo gabinete, o “equipo”, como le gusta decir al PRO. Un recorrido por sus nombres nos permite sacar algunas conclusiones: más allá de su estética de “moderno”, de “gestión” y hasta “verde” (Macri lo presentó en medio del Jardín Botánico), prevalecen muchos personajes venidos del mundo de “la actividad privada”, eufemismo que se utiliza para decir que hasta ayer eran gerentes o altos directivos patronales.

En el estratégico Ministerio de Economía (rebautizado de “Hacienda y Finanzas”) tenemos a Alfonso Prat Gay, un hombre de máxima confianza del establishment económico, ex JP Morgan y ex asesor privado de la fortuna de Amalita Fortabat. Prat Gay no llega por primera vez a la función pública. Aunque los kirchneristas lo quieran esconder, fue Presidente del Banco Central durante la presidencia de Duhalde y continuó en los primeros años de Néstor Kirchner.

El gabinete económico (compuesto de varios ministerios) incorpora la figura de “coordinadores”. Allí irá Mario Quintana, el dueño de Farmacity. Seguramente sus trabajadores podrán contar decenas de anécdotas de la explotación y persecución sindical que se vive en la cadena de farmacias más grande de la Argentina. El otro “coordinador económico” será Gustavo Lopetegui, hasta ayer máximo directivo de la aerolínea privada con mayor presencia en el país: Lan Chile (otra empresa que se destaca por su sesgo antisindical). Tampoco será para él su primera experiencia en el estado: anteriormente fue Ministro de la Producción durante la gobernación peronista de Felipe Solá en la Provincia de Buenos Aires. Otro de los ministros será Ricardo Burvaille en Agricultura, hasta ayer dirigente de Confederaciones Argentinas, una de las máximas entidades patronales del campo. Guillermo Dietrich, dueño de una de las cadenas concesionarias de autos más grandes del país, es Ministro de Transporte, cargo similar al que ya viene desarrollando (con infinitas denuncias sobre coimas y sobreprecios) en la Ciudad de Buenos Aires. El famoso “gabinete económico” incluye a Juan José Aranguren, ex presidente de Shell, como ministro de Energía y Minería, como quien diría un auténtico lobo cuidando las ovejas. Otras figuras que vienen directamente del establishment patronal son Isela Constantini, máxima dirigente de General Motors en la Argentina, que presidirá Aerolíneas Argentinas, y el ultra-liberal asesor de la City, Carlos Melconián, a cargo del Banco Nación.

Saliendo de lo estrictamente económico, las figuras vinculadas directamente a las grandes patronales siguen presentes. En el Ministerio de Relaciones Exteriores tendremos a Susana Malcorra, quien más allá de su última etapa como jefa de gabinete del Secretario General de las Naciones, tiene una extensa trayectoria como directiva en IBM y Telecom. Para el Ministerio de Seguridad, Macri reservó a Patricia Bulrich (“La Piba”), famosa, entre otras anécdotas, por haber sido ministra de Trabajo de Fernando De La Rúa que rebajó el 13% de sus ingresos a estatales y jubilados. Y por supuesto no podemos olvidarnos a su pariente lejano, Esteban Bulrich, que se muda del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires a idéntico cargo en la Nación, con una extensa “experiencia” en privilegiar la educación privada por sobre la pública.

Después de semejantes “currículums”, no podemos escapar a una comparación con la gestión kirchnerista saliente. Resulta evidente que la mayoría de los miembros del gabinete kirchnerista no eran personajes “directos” de las grandes empresas transnacionales (aunque tenemos algunas excepciones, como Miguel Galuccio, el hasta hoy presidente de YPF, con una extensa trayectoria al servicio de los pulpos monopólicos internacionales del petróleo). Pero al cabo de estos doce años, ¿acaso no gobernaron al servicio de la Barrick Gold, Chevrón, Repsol, o los grandes bancos, que ganaron como nunca? ¿Acaso no fueron esos gabinetes, de los autoproclamados “nacionales y populares”, quienes sistemáticamente durante doce años se negaron a cobrarle impuestos a la renta financiera? ¿No fue el gobierno de Cristina quien le dio un préstamo en 2008 de 280 millones de dólares a la multinacional General Motors, sacando los fondos de la mismísima caja de los jubilados? ¿No fueron ellos quienes se autoproclamaron “pagadores” seriales de la infame deuda externa?

Macri asume con un nuevo gabinete que, “bajo otras formas”, va a estar al servicio de continuar y profundizar el ajuste capitalista que ya vino aplicando el gobierno de Cristina. Así como luchamos en estos doce años contra todas y cada una de las medidas del kirchnerismo contra el pueblo trabajador, tendremos desde hoy que enfrentar al mayor ajuste que se viene, ahora de “color amarillo”.

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