Evo Morales y Alvaro García Linera pretenden hacerse reelegir en las elecciones de 2019. Para sorpresa del gobierno, crece el rechazo y el voto NO a la reelección. Evo Morales declaró que tiene “confianza” en su triunfo, pero que “si gana el NO tenemos que irnos callados”, reconociendo la posibilidad de una derrota.

Escribe: Miguel Lamas

El MAS ganó las elecciones nacionales de octubre de 2014 con el 61%. Bajó al 41% en las elecciones departamentales y municipales de marzo de 2015 y perdió en la emblemática ciudad de El Alto y en Cochabamba. Pese a esto, Evo Morales lanza el referéndum constitucional por su reelección para el próximo 21 de febrero. En septiembre una elección para aprobar estatutos autonómicos en 5 de los 9 Departamentos, se transformó en un masivo voto castigo del 70% en contra.

¿Por qué?

Tres grandes hechos son la causa de fondo de esta caída electoral que puede terminar con una catastrófica derrota en el referéndum.

El primer hecho, económico, es la caída de los precios internacionales de hidrocarburos (de 100 dólares el barril de petróleo a 31 dólares, el gas en igual proporción) y de minerales. La estructura del país no cambió, el 81% de su exportación es gas y minerales en bruto, que siguen en manos de trasnacionales. Como todos los gobiernos capitalistas, el gobierno de Evo Morales intenta responder a la crisis tratando de mantener las ganancias de las transnacionales devolviéndole impuestos y dándole todo tipo de facilidades. Y con un ajuste antipopular, con impuestazos y rebaja de inversión en necesidades sociales.

El segundo hecho fue la huelga general con bloqueos de ruta de todo el Departamento de Potosí, durante un mes, con la dirección del COMCIPO (Comité Cívico Potosinista), que agrupa a la Central Obrera, estudiantes, pequeños comerciantes, mineros cooperativistas, etcétera. La huelga se produjo por la baja de precios de minerales y la crisis de Potosí que durante 500 años, a partir de su fabuloso Cerro Rico que estaba lleno de plata, exportó minerales en bruto, sin industrializar y sigue siendo el lugar con mayor índice de pobreza en Sudamérica. Los potosinos reclaman urgentes inversiones para industrializar y tener trabajo, y los sectores populares más avanzados plantean nacionalizar sin pago la gran mina San Cristóbal de la transnacional Sumitomo y otras, que apenas pagan impuestos, para utilizar sus enormes recursos para el pueblo potosino.

El tercer hecho es el enorme escándalo de corrupción del llamado “Fondo Indígena” que tenía el 5% del Impuesto Directo a Hidrocarburos (unos 60 millones de dólares anuales) que debió haber servido para desarrollo productivo indígena, pero fue desviado por el gobierno para corromper dirigentes o simplemente robado.

La campaña del gobierno se basa en polarizar con la oposición de derecha. Incluso utilizando el ejemplo argentino y venezolano, diciendo que “para que no gane la derecha hay que votar la reelección de Evo”.

El NO popular y de izquierda

Pese a la subordinación al gobierno de la burocracia sindical de la COB (Central Obrera Boliviana) crece una oposición popular que está también contra la derecha. Se ha formado una alianza denominada “Coordinadora de Organizaciones Sociales”, que incluye al COMCIPO (Comité Cívico) de Potosí, a 3 federaciones departamentales de maestros (La Paz, Cochabamba y Oruro) y la Federación Estudiantil Universitaria de Cochabamba, orientadas por el Partido Obrero Revolucionario, a la organización indígena nacional CONAMAQ y a otras organizaciones. Alternativa Revolucionaria del Pueblo (UIT-CI) fue una de las organizaciones que propuso esta unidad, en la perspectiva tanto de derrotar a Evo Morales, diferenciándose de la derecha y planteando la Agenda de Octubre (nacionalizar y expulsar a las transnacionales, para industrializar el país). ARPT propone que esta alianza se transforme en una alternativa de lucha contra el ajuste antipopular y una alternativa política de los trabajadores, indígenas y el pueblo. Como lo expresó un compañero: “El gobierno dice que si es derrotado Evo vendrá la derecha. Nosotros decimos, después de Evo viene el gobierno de nuestras organizaciones”.

La LORCI (PTS) ausente del movimiento por el NO

En una increíble muestra de sectarismo, argumentando que la alianza de organizaciones populares por el NO no sirve para la lucha y se confunde con la derecha, la LORCI (Liga Obrera Revolucionaria Cuarta Internacional), vinculada como organización internacional con el PTS argentino, llama al “voto blanco o nulo”, dando la espalda así al gran movimiento popular por un voto castigo NO a Evo. Lamentable.