La inflación está pulverizando los salarios
Desde que asumió Macri el promedio de inflación mensual nunca bajó del 4%. Un 20% acumulado desde diciembre. El gobierno prepara nuevos tarifazos y los salarios siguen perdiendo con la feroz suba de los precios. Hace falta un inmediato aumento de salarios y jubilaciones en todo el país.
Escribe: Atilio Salusso
Si tomamos el índice de precios al consumidor de la Ciudad de Buenos Aires, el de San Luis o el llamado “IPC Congreso” (que es el promedio de 9 consultoras privadas), en todos los casos hay coincidencia: se viene acumulando una inflación altísima, que anualizada se acerca peligrosamente al 40%. Mas allá de las estadísticas, es lo que se percibe en la calle, en el llamado “índice del changuito”, cada vez que se sale de compras.
El ministro Prat Gay insiste en que “lo peor ya pasó”. Que se trató de “un reacomodamiento de precios que estaban retrasados”. Y que ahora “la inflación empezará a bajar” prometiendo un 1% mensual para la segunda mitad del año. Pero está terminando marzo y la inflación en vez de bajar sigue subiendo alcanzando valores cercanos al 5%. Es que está “pegando” el tarifazo en la luz (que sólo impactó parcialmente en el índice de febrero), pero también el aumento de las prepagas, las cuotas de los colegios privados, la canasta de artículos escolares y la ropa con el cambio de temporada.
Lo peor es la tendencia. Porque se anuncian nuevos incrementos que seguirán impactando sobre el bolsillo. A principio de abril subiría el gas con otro super tarifazo parecido al que ya se dio en la luz. El boleto de los trenes metropolitanos pasaría de 2 pesos a una banda de entre 3,5 y 5 pesos (incrementos de entre el 75 y el 125%) y el boleto mínimo del colectivo en el área de Ciudad de Buenos Aires y Conurbano (hoy en 3 pesos) pasaría a costar entre 5 y 6. Se están “estudiando” subas en el precio del agua potable. Y habría nuevos incrementos en los combustibles (que ya subieron un 6% en marzo).
Mientras tanto hay un “precio” que sigue congelado: los salarios. Va quedando claro que el famoso “reacomodamiento de precios” que plantea el macrismo consiste esencialmente en que suba todo y mientras tanto se abarate el salario real.
Macri ha lanzado una enorme batería de medidas, entre las que están las que hemos mencionado junto con otras, como la devaluación y la quita de retenciones al agro y la minería. Todas a favor de los empresarios. Para ellos no hubo “pedidos de paciencia” ni “proyectos que hay que estudiar con cuidado”. Pero ya pasaron cuatro meses y el gobierno no tomó una sola medida que, así sea parcialmente, resulte a favor de los trabajadores.
Las consecuencias de todo esto ya están a la vista. Un informe de Cifra (CTA Yasky e investigadores de Flacso) afirman que la pobreza aumentó fuertemente desde el ascenso del macrismo, pasando del 19,7% al 22,1% sólo contando hasta enero (el número se profundizaría en los dos meses restantes). Se trataría de 1,1 millón de nuevos pobres.
No podemos seguir esperando. El valor de nuestros salarios “desaparecen” como granos de arena entre las manos. Hay que exigir ya mismo un aumento de emergencia que lleve todos los sueldos como mínimo al valor de la canasta familiar (hoy valuada en arriba de los 16.000 pesos) reajustable mensualmente exigiendo reabrir las paritarias y sin techo en forma inmediata. Hay que eliminar inmediatamente el impuesto al salario tal como dice el proyecto presentado por el Frente de Izquierda y no seguir esperando hasta las calendas griegas. Implementar el 82% móvil. Eliminar el IVA de todos los artículos de la canasta familiar. Frenar los tarifazos y prohibir los despidos y suspensiones. Este es el programa básico de emergencia ante la escalada inflacionaria en curso.