Escribe: Melina Barbieri

El escándalo envuelve nuevamente a la Iglesia Católica, esta vez por una denuncia de fraude sobre los fondos recaudados de la limosna. Al principio la denuncia fue en el ámbito interno de la iglesia llegando al Vaticano. Esto obligó al arzobispo Delgado a denunciar a empleados de su arzobispado, el contador Juan Brozina y el tesorero, Darío Tapia, por el desvío de 700 mil pesos hacia sus cuentas personales. Pero el escándalo dio un giro cuando tras haber declarado el primero acusó a quien lo había denunciado.

Tras conocerse el hecho se desató una ola de críticas y aparecieron datos de otros posibles manejos que no están del todo claros. El contador Brozina afirmó que el dinero iba a una cuenta “para cubrir gastos que no se podían blanquear”, entre los que se hallarían el pago de cuotas alimentarias para parejas e hijos de sacerdotes y el pago a sacerdotes y funcionarios que apoyan al arzobispo Delgado en sus decisiones.

Izquierda Socialista exige que se termine con la impunidad y el privilegio que protege a la iglesia corrupta y se investigue a sus curas. Basta de financiamiento estatal para la iglesia y separación inmediata del estado.