Reunificación de la CGT: ¿Unidad a favor de quién?

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Caló, Moyano y Barrionuevo acuerdan una nueva conducción.El tan mentado congreso de reunificación de la CGT previsto para el 22 de agosto no solo está alejado de las bases sino que no es ninguna herramienta para enfrentar el ajuste de Macri y los gobernadores. El documento crítico titulado “De mal en peor” que emitió el plenario de secretarios generales presidido por Moyano, Caló y Barrionuevo el viernes 5 de agosto no apoya ninguna lucha, ni fija ninguna medida de acción.

Escribe: Martín Fú

Son varios los candidatos que pugnan por ocupar la conducción de una CGT unificada. Se perfila el triunvirato bendecido por Moyano, Caló y Barrionuevo según lo que acordaron en el plenario de secretarios generales del viernes 5 de agosto con la presencia de 147 delegados en la histórica sede de la CGT Azopardo: el conformado por Juan Carlos Schmitd (de Bragado y Balizamiento); Héctor Daer (Sanidad) y Luis Acuña (sindicato estaciones de servicios). A su vez, pelea por un cargo el titular de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo (Corriente Federal).

Están por fuera los denominados “díscolos”, que no fueron al plenario del 5 de agosto: el Momo Venegas de Peones Rurales (cercano al gobierno); y Sergio Sasia de la Unión Ferroviaria y Omar Viviani de Taxistas, ambos pertenecientes al Movimiento de Acción Sindical Argentino.

Como se ve, hablan de “unificación” pero lo que prima es la rosca por los cargos, mientras el movimiento obrero no es consultado. Será por eso que el plenario de secretarios generales resolvió en primer lugar “Trabajar decididamente hacia la unidad [...] y gestar el ámbito propicio para que esa unidad se vea definitivamente plasmada en el Congreso Normalizador de la CGT a celebrarse el 22 de agosto, fecha en la que se conmemora el histórico renunciamiento de la compañera Eva Perón”. Es evidente que tan anunciada “unidad” es en realidad una pelea de aparatos que muestra la crisis y división de la burocracia sindical.

“De mal en peor”

Así se titula el documento crítico al gobierno que emitieron Moyano, Caló y Barrionuevo, pero aplaudieron a Macri cuando les otorgó los miles de millones de pesos de las obras sociales (ver en esta misma página). En una de sus partes llama a “cambiar en serio antes de que sea tarde”. Si bien hay críticas correctas hacia el gobierno de Macri (tarifazos, despidos y bajas salariales, o el reclamo por la quita del impuesto al salario), el documento no apoya ningún conflicto en curso, no se pronunció en defensa de los ferroviarios criminalizados y menos aún por alguna medida de lucha. Solo resolvió facultar al congreso del 22 de agosto a “convocar a las acciones gremiales que correspondan en reclamo de las soluciones que requiere la mayoría del pueblo argentino”. ¡Pero es ahora cuando hace falta un paro general y un plan de lucha para frenar el ajuste antiobrero!

La tan mentada “reunificación de la CGT” no es a favor de los trabajadores. El propio ministro de trabajo Jorge Triaca lo confirmó en un extenso reportaje: “definitivamente no creo que sea una unidad contra el gobierno, desde la primera reunión estamos con diálogo permanente y los muchachos nos vienen acompañando hace 7 meses” (La Nación, 07/08/16).

Por otro modelo sindical para que decidan las bases

Un Congreso de Base de las CGT sería el mecanismo democrático para elegir las nuevas autoridades del movimiento obrero. Además, se debería abrir el debate sobre los motivos de la unificación. En nuestra opinión, para ya mismo salir a luchar contra el ajuste; para frenar el tarifazo, los despidos y lograr un urgente aumento de salarios y jubilaciones.

Las idas y vueltas de estos dirigentes a espaldas de los trabajadores y su negativa a luchar ponen a la orden del día la necesidad de dar pasos hacia una nueva conducción del movimiento obrero, combativa y antiburocrática, donde los dirigentes: no tengan compromisos con las patronales y el gobierno; practiquen la democracia sindical; consulten todo en asamblea; ganen lo mismo que un trabajador; vuelvan después de un período a trabajar; y utilicen los cargos sindicales como puestos de lucha, no de privilegio.

En definitiva luchamos por otro modelo sindical opuesto al actual, puesto al servicio de que las luchas triunfen.

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