Unir las luchas en un paro general

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La necesidad de unificar las luchas es una tarea urgente para los trabajadores y luchadores. El ajuste no da tregua. Esta semana se conoció que hay un 32% de pobres, un 57% de trabajadores que lo hacen con algún grado de precariedad laboral y desde que asumió este gobierno ya hubo 200.000 despidos. Según el Instituto de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires la suba anual de precios está en un 47%, mientras la mayoría de las paritarias se han firmado por un 30% promedio y los jubilados han recibido, en dos aumentos anuales, solo el 30% de aumento. ¡Un robo sideral!

Contra este ajuste crecen las luchas. Los docentes están haciendo punta por la reapertura de las paritarias. Hay que unificar todos los reclamos para que se le pueda torcer el brazo a Macri y a los gobernadores, derrotando sus políticas antiobreras.

La necesidad de unificar las luchas es una tarea urgente para los trabajadores y luchadores. Se ha dado el caso, como la semana pasada, donde hubo distintas movilizaciones en pocos días. Sólo la que protagonizó el sindicalismo combativo el martes 9 de agosto planteó las consignas centrales que deben unificar al conjunto de los trabajadores: contra el tarifazo, por la reapertura de las paritarias y contra la criminalización de la protesta hacia los ferroviarios y otros importantes luchadores. Denunció el rol traidor de las CGT y exigió la convocatoria a un paro general y un plan de lucha nacional.

El domingo 7 de agosto se dio la marcha de San Cayetano por pan y trabajo. El jueves 11 se realizó el paro nacional de ATE pero con una marcha dividida en Capital, donde los sectores kirchneristas del gremio se movilizaron en apoyo a Hebe de Bonafini en vez de sumarse a la movilización principal (ver páginas centrales). El viernes 12 se movilizaron los camioneros frente al Ministerio de Trabajo y al final de la concentración Pablo Moyano dijo que iba a proponer a la CGT unificada, después del 22 de agosto, “un paro general y un plan de lucha”. Pero el sindicato de Camioneros está presidido por su padre, Hugo Moyano, quien a la vez es uno de los dirigentes de estas centrales que son, precisamente, las que no llaman a ninguna medida nacional.

A todo esto siguen los paros docentes en varias provincias. Pero el gremio nacional del sector, Ctera, dejó pasar meses sin tomar ninguna medida para unificarlos. Sí lo haría en el marco de la denominada “marcha federal” de la kirchnerista CTA Yasky, jornada que ésta utiliza para posar de combativa. Lo mismo hizo Ctera en el primer semestre del año, dándole la espalda a las heroicas rebeliones que protagonizaron con paros y marchas multitudinarias los docentes de Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Santa Cruz.

Las CGT están enfrascadas en las roscas de aparato por los puestos para la futura conducción “unificada”, y cobrando los millones que les dio Macri por las obras sociales. Los distintos dirigentes que pelean por los sillones hacen actos y plenarios movilizando a trabajadores para postularse ellos, no para preparar ningún paro general ni ningún plan de lucha. El verso es que hay que esperar la “unificación” del 22 de agosto para que desde allí salgan las “soluciones”. Una trampa que llamamos a desenmascarar. Primero, porque no hay ninguna “unidad” asegurada, ya que muchos sectores (Unión Ferroviaria, Smata y otros gremios) no entrarían. Y segundo: ¿desde cuándo la “unidad de la burocracia” significó la “unidad para luchar”?

Esta unidad es de las cúpulas, a espaldas de los trabajadores y sus necesidades. No es para unificar al movimiento obrero y lanzar un plan de lucha nacional. Esto no quita que, ante el brutal ajuste y la bronca desde las bases, estos dirigentes puedan estar obligados en algún momento a llamar a un paro general o una movilización. Esa debe ser la exigencia de los trabajadores y luchadores en asambleas y cuerpos de delegados. Es lo que exige el sindicalismo combativo encabezado por el “Pollo” Sobrero de la Seccional Oeste de la Unión Ferroviaria, el Sutna, los Suteba Multicolores y tantos otros dirigentes combativos y antiburocráticos.

Denunciamos la política divisionista y de no apoyo a las luchas por parte de los dirigentes de las CGT. Llamamos a dar respaldo a todas ellas y a coordinarlas para que triunfen, en especial la de los docentes de varias provincias. Y junto al sindicalismo combativo seguimos reclamando que las CGT rompan la tregua con el gobierno, y con las CTA convoquen a un paro general como inicio de un plan de lucha nacional. Para derrotar el ajuste, reincorporar a los despedidos, condenar la criminalización de la protesta.

Y, fundamentalmente, para unificar a los trabajadores en el reclamo de reapertura de las paritarias y por un aumento inmediato de salarios para alcanzar el valor de la canasta familiar.

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