Ferrocarril Sarmiento: Un nuevo accidente evitable

(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

Vista del accidente en LiniersEl 11 de agosto un tren que se dirigía a Once descarriló al pasar por un cruce de vías en Liniers, dejando a 18 usuarios heridos. Este lamentable accidente confirma que los ferroviarios tenían razón cuando en el paro del 28 de julio advertían sobre la falta de seguridad. Las vidas de los usuarios y los trabajadores ferroviarios siguen en riesgo debido a la falta de inversión del kirchnerismo y el gobierno macrista.

Escribe: Simón Abreu

Este tipo de hechos ya no sorprenden. El cuerpo de delegados y los trabajadores del Sarmiento llevan años alertando que las autoridades no realizan las inversiones que requiere el sistema ferroviario para garantizar la seguridad de usuarios y trabajadores. En el mes de julio fueron suspendidos 64 trabajadores por protestar por la falta de seguridad. El 28 de julio incluso se vieron obligados a realizar un paro contra esas suspensiones, y en protesta por el arrollamiento del trabajador Sergio Garay mientras prestaba servicio en una cuadrilla en las vías. Rubén “Pollo” Sobrero en esa ocasión advirtió que prefería lidiar con la incomprensión y molestia de algunos usuarios ante los contratiempos que generara el paro, y no correr con la responsabilidad de no haber alertado a tiempo sobre el riesgo de que se generara una nueva tragedia como la de Once. El gobierno de Macri, siguiendo los pasos del kichnerismo, ha respondido descalificando las denuncias, suspendiendo y amenazando a su dirigencia combativa con acciones judiciales. Pero la realidad demuestra una y otra vez que el paro del 28 de julio fue motivado por reclamos justos y que los ferroviarios vienen enfrentando consecuentemente el problema de la falta de seguridad y la desinversión en este medio de transporte masivo.

Rubén SobreroSobrero, en declaraciones para El Socialista, denunció que “para evitar que sigan ocurriendo estos accidentes, se necesita con urgencia renovar el sistema de señales y la protección automática de trenes, conocida como ATS. En vez de intentar ocultar esta realidad y criminalizarnos por denunciar la situación, las autoridades deben comprometerse con los trabajadores y usuarios a la aplicación de un plan urgente de inversiones para resolver estos problemas de inmediato, antes de que ocurra una nueva masacre como la de Once”.

La cadena de siniestros es larga. La masacre de Once ocurrió hace cuatro años y medio, cuando por una falla de frenos un tren cargado de pasajeros se estrelló en la estación dejando 52 víctimas fatales y más de 800 heridos. El 19 de octubre de 2013 otra formación chocó en Once y dejó más de 80 heridos. En junio de 2013 tres personas murieron en un choque entre dos trenes.

“Estamos operando con aparatos de señalización que tienen más de 60 años, aún no ha culminado la renovación de las vías, a pesar de que ya se pagó, y los planes del gobierno son sustituir el sistema de cambios por uno automatizado e incorporar un sistema de frenado automático para dentro de dos años. Es demasiado tiempo. No se puede seguir poniendo en peligro la vida del pueblo trabajador”, alertó Sobrero, quien asimismo exigió que las autoridades revoquen las suspensiones y se aplique el protocolo de seguridad que logró imponer el cuerpo de delegados gracias al paro del 28 de julio y los 17 días de quite de colaboración de los ferroviarios de infraestructura.

“Tenemos que redoblar la unidad de trabajadores y usuarios sobre las autoridades de Trenes Argentinos para que respondan a nuestras exigencias de seguridad. Mientras seguimos planteando que es necesario avanzar hacia una gestión del Sarmiento por parte de sus trabajadores y usuarios”, concluyó Sobrero.


¡Que al Sarmiento lo gestionen los trabajadores!

Los hechos recientes demuestran que es necesario un cambio profundo en la gestión del Sarmiento. No pueden seguir dirigiéndolo un puñado de funcionarios con salarios multimillonarios que poco o nada saben sobre el funcionamiento de los trenes, que son designados según acuerdos clientelares en el gobierno y que no tienen la seguridad de trabajadores y usuarios como prioridad.

El avance logrado con la salida de la empresa TBA (Grupo Cirigliano) del ferrocarril Sarmiento ha sido insuficiente. Luego de la tragedia de Once en 2012, se sacó del camino a una empresa que lucraba con los subsidios estatales y se negaba a realizar las inversiones necesarias, y la administración pasó al dominio de la estatal Sofse.

Hasta ahora quienes han estado al frente del ferrocarril, antes el kirchnerista Randazzo y ahora los funcionarios del PRO, han tenido esos cargos de dirección como nichos para alentar negociados millonarios. Cuando los trabajadores denuncian la situación de las vías y realizan paros, son perseguidos. Necesitamos avanzar hacia el control, gestión y administración del Sarmiento por parte de sus trabajadores y usuarios, en un esfuerzo por reestatizar todo el sistema ferroviario para que sea regido por una empresa estatal de carga y pasajeros única y centralizada. Esta es la salida para rescatar a los trenes del abandono, la corrupción y la desidia actual.


Facsimil de la denunciaSebriano ante el deterioro de las vías: “Ya lo habíamos denunciado”

El accidente del 11 de agosto obedeció a una situación sobre la cual los trabajadores venían advirtiendo a las autoridades, sin que sus reclamos fueran atendidos. Además de las numerosas declaraciones públicas sobre el tema por parte de los dirigentes y activistas de la lista Bordó, el cuerpo de delegados también realizó una denuncia formal el 24 de noviembre de 2015 sobre el estado de los cambios de vías, con el respaldo de un amplio material fotográfico.

El delegado del sector, José “Bubu” Sebriano, y Rubén “Pollo” Sobrero presentaron el informe ante las autoridades de la Línea Sarmiento y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte. En la denuncia expresaron su preocupación por “la situación del sistema de señalamiento, vías y cambios de vías en la zona de la estación Liniers”, precisamente donde ocurrió el reciente accidente.

La carta de hace casi un año advertía que el sistema, “colocado desde hace más de 60 años, nunca fue renovado, se encuentra en estado vetusto y se necesita una renovación del mismo en su totalidad de manera urgente”.

Los delegados constatan que en dicho cruce “6 de las 7 señales (están) clausuradas por la falta de inversiones en el sistema de señalamiento [...] (el) sistema de barras para el accionamiento de las rutas y señales para los trenes [...] se encuentra obsoleto y en su mayoría clausurado.”

La desastrosa situación de las vías es descripta detalladamente, y explícitamente se alerta que “esto puede ocasionar descarrilamientos, atrasos y cancelaciones”. La misiva concluye que “este es el verdadero sabotaje al Ferrocarril y a la seguridad con la que tenemos que viajar y trabajar en la Línea Sarmiento. Se necesita una renovación total del sistema y no un maquillaje parcial, con el fin de tener un ferrocarril seguro y eficiente. Estas políticas nos han llevado a las peores tragedias [...] Rogamos se tomen cartas en el asunto por parte de las autoridades tanto de la empresa como de las instituciones del estado, con el fin de evitar futuros accidentes y problemas con el servicio de trenes”. Una advertencia oportuna que lamentablemente fue desoída por las autoridades, una vez más.

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