CGT • CTA ¡Paro general!
Macri sigue aplicando el ajuste junto a los gobernadores. Pero el gobierno quiere mostrarse como que “no lo hace solo”, sino que cuenta con “consenso social”. Por eso recibirá a la CGT (quien le pidió una audiencia) y tiene previsto reunirse con empresarios y otros sectores. Quieren llegar a un acuerdo tripartito en materia laboral... ¡para seguir atacando a los trabajadores!
El gobierno ya dijo que se niega a reabrir las paritarias. “Hubiera tenido algún asidero dos meses atrás”, dijo Prat Gay. ¡El ministro reconoce que la inflación se come los salarios pero de dar aumentos, nada! Alegan que la inflación bajaría. ¿Y el robo salarial que ya se dio? ¿Cómo se recompone? Hay que esperar, dice el gobierno.
La pérdida salarial ha sido del 10 al 12% solo en seis meses. Un robo al cual están haciendo frente los maestros de varias provincias reclamando la reapertura de las paritarias.
El gobierno, en cambio, quiere discutir futuros aumentos condicionados a una mayor productividad. Es decir, a una mayor explotación obrera. ¡Les echa la culpa a los trabajadores de la falta de empleo y de la caída de la producción! Más que presidente, Macri parece un patrón. O dicho de otro modo, oficia de presidente de las patronales.
El ministro de la Producción dijo el otro día en el Consejo de las Américas: “Hay que bajar el costo laboral y discutir la productividad”. Es lo que hicieron con el convenio de los trabajadores de McDonald’s, mediante una modalidad contractual flexibilizadora que no prevé indemnizaciones por despidos. O con la ley del primer empleo, hecha para recortar derechos laborales y darles exenciones impositivas a las empresas.
Los datos muestran lo contrario. Las empresas de alimentos y bebidas, por ejemplo, han ganado fortunas precisamente porque sus productos aumentaron entre el 50% y el 100% en muchos casos y las subas salariales a sus operarios han sido mucho menores. ¿De qué “productividad y competitividad” hablan?
Las paritarias se firmaron por el 30% promedio y la inflación calculada anualmente supera el 45%. Solo basta sumar y restar para saber que los salarios vienen perdiendo.
Y la campaña de que crece el “ausentismo laboral” es un verso. Las ausencias son similares a las registradas en los últimos años, de solo el 0,6% del total de empleados. Y si los trabajadores faltan es por enfermedades, accidentes evitables, licencias por maternidad, por estudios, matrimonio o fallecimiento.
A todo esto se le suman los 200 mil despidos y las suspensiones. Renault de Córdoba eliminará un turno, promoviendo el retiro voluntario para 400 de sus 1.400 operarios, al mismo tiempo que va a empezar a fabricar nuevos modelos. La Fíat hace un año que viene con suspensiones semanales, trabajará solo siete días en septiembre y tiene previsto hacerlo 22 días hata fin de año. Volkswagen suspende personal los lunes y viernes a 400 trabajadores. Son las mismas empresas que anunciaron “inversiones”. Y si bien el tarifazo se frenó momentáneamente, el gobierno dice que después de las audiencias públicas insistirá con los aumentos.
En vez de estar organizando una pelea nacional y de conjunto para enfrentar el ajuste nacional y las medidas antiobreras del gobierno, los dirigentes de la “nueva” CGT se la pasan pidiendo audiencias con los ministros. Hugo Moyano y Luis Barrionuevo se reunieron esta semana con Macri. Con Moyano el presidente habló de fútbol y de política. También de “paz social y gobernabilidad”.
La CGT no apoya ningún conflicto, ni siquiera la marcha federal de la CTA Yasky convocada para esta semana, del 31 al 2 de septiembre. El primer confederal será el 23 de septiembre. Ante los paros docentes y cien reclamos registrados en julio en empresas de la alimentación, automotrices, petroleras y metalúrgicas, la CGT les da la espalda para seguir “dialogando” con el gobierno.
El freno momentáneo del tarifazo en el gas por la movilización y bronca popular prueba que los trabajadores y el pueblo tienen disposición para la lucha. Habría que aprovechar ese paso para enfrentar el ajuste de Macri con una medida nacional. Pero el nuevo triunvirato de la CGT sigue en la tregua.
La Marcha Federal convocada por la kirchnerista CTA-Yasky repudiará el ajuste, el tarifazo y los despidos. El viernes 2 se marchará a Plaza de Mayo. El mayor peso de la convocatoria recae en la dirigencia de Ctera y en organizaciones sociales kirchneristas, a la cual se plegó la Corriente Federal de la CGT (la Bancaria de Sergio Palazzo) y la CTA Micheli.
Ante la tregua de la actual CGT, esta convocatoria es la única acción contra el ajuste en los próximos días. Por eso llamamos a concurrir, más allá de nuestras críticas hacia la política de la conducción de la Ctera, que durante meses dejó aisladas las luchas de los docentes en las provincias.
Como parte del sindicalismo combativo, participaremos exigiendo que la CGT y las CTA llamen conjuntamente a un paro general y adopten un plan de lucha para derrotar al ajuste macrista, por la reapertura de las paritarias, contra el tarifazo, los despidos y el impuesto al salario. Y contra la criminalización de los ferroviarios y demás luchadores perseguidos, como Horacio Catena del Sutef de Tierra del Fuego o los dirigentes del sindicato azucarero de Ledesma, entre otros.