El gobierno de Macri quiere utilizar los circunstanciales índices bajos de inflación de agosto como excusa para no reabrir las paritarias. Pero los trabajadores llevamos perdidos entre 10 y 15% de nuestro poder adquisitivo en 2016. Se impone la necesidad de un paro general.

Escribe José Castillo

La semana que pasó fue de una guerra en toda la línea contra los trabajadores. En el Foro de Negocios e Inversiones tanto el gobierno como los empresarios nacionales y extranjeros se turnaron para protestar contra el “alto costo laboral”, exigiendo menos salarios y más “productividad” (léase flexibilización laboral). El presidente Macri lo inauguró pidiéndole a los trabajadores “prudencia y sentido común, para ponernos de acuerdo en políticas de largo plazo, en qué queremos hacer y cómo lo vamos a hacer”.

En medio del evento se conoció el índice de precios al consumidor del mes de agosto elaborado por el Indec. Como se resta el tarifazo del gas (por la lucha que obligó a la Corte a frenarlo provisoriamente hasta el 1º de octubre) el número parecería decirnos que el mes pasado no hubo suba de precios: apenas 0,2%. Claro que una lectura más fina nos permite observar que, según el propio Indec, la salud (medicamentos) subió 3,1%, los alquileres 2,9% (ya acumulan un 38% en el año) y la educación 2,3%. En alimentos, se destaca el aumento de aceites del 12,5%, batata 12,1%, manteca 9,4%, vino común 8,5%, harina 7%, pollo entero 4,4% y un largo etcétera. Y ya están firmadas subas en medicina prepaga en octubre, el mismo mes en que se producirá finalmente el tarifazo del gas.

El gobierno salió a usar el 0,2% del Indec como gran bandera para decir que no hay que reabrir las paritarias. El secretario general de la Presidencia, Marcos Peña, afirmó: “El salario real se irá recuperando mes a mes porque las paritarias de este año ya están yendo más rápido que la inflación”. El más agresivo fue el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, quien en una mesa redonda del Foro irónicamente denominada “crecimiento inclusivo para la generación de empleo”, dijo sin que le diera vergüenza: “dado que las paritarias se acordaron con subas del 2,5% mensuales, cada mes que la inflación sube menos que 2,5%, los salarios recuperan poder adquisitivo. La inflación viene en retroceso desde hace dos meses. Sólo deben reabrirse paritarias si la inflación supera el 2,5% mensual”. Señalemos como detalle que en esa misma mesa, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, disertaba sobre la necesidad de imponer más flexibilización laboral para aumentar la “competitividad empresarial”.
El planteo del gobierno es claro: quiere que los trabajadores nos comamos la pérdida de poder adquisitivo de todos estos meses en aras de un incierto descenso de la inflación, que se daría en los próximos. Y para el 2017, aspira a que se termine negociando con un techo de incremento en paritarias del 17%. De hecho, este es el número de aumento de salarios para el conjunto de los empleados públicos que han presentado en el proyecto de presupuesto para el año que viene.

Los trabajadores no vamos a aceptar este chantaje. Por todos lados aparece la exigencia de reabrir las paritarias. Los docentes reclaman la reapertura nacional de la paritaria con un paro nacional el próximo 27. Los bancarios, que habían firmado en marzo por el 33% con una cláusula gatillo que permitía exigir la reapertura inmediata de la paritaria si “cambiaban las condiciones económicas”, están reclamando una recomposición. Ante la negativa cerrada de las patronales realizarán una movilización este jueves 22.Ya han salido a pelear los judiciales y los profesionales de la Cicop bonaerenses por lo mismo. En Aerolíneas Argentinas se salió al paro luego del vencimiento de la conciliación obligatoria y ante la ausencia de respuesta salarial por parte de la empresa. Paran los trabajadores de Coca Cola, entre otros.

Esta es la tarea de la hora: luchar por aumentos de salarios para recuperar lo perdido, exigiendo la reapertura de todas las paritarias. Por eso hay que rodear de solidaridad todas las luchas y se torna, por supuesto, más urgente que nunca la necesidad de la convocatoria a un paro general por parte de la CGT y las CTA.

Impuesto al salario

Macri sigue con el robo

El presidente en su campaña electoral había prometido derogar el impuesto a las ganancias sobre los salarios pero a quienes eximió fue a las megamineras y patronales del campo. Ahora Prat Gay, en la presentación del presupuesto 2017, dice que sólo subirá el mínimo no imponible apenas entre un 15 y un 17%, mucho menos del promedio paritario de 2016. Conclusión: otra vez lo mismo. Cada vez más trabajadores pagando ganancias. Frente a esta burla nos reafirmamos en lo que siempre dijimos: ¡el salario no es ganancia! ¡Anulación ya de este tributo que solo deben pagar las patronales!