¡Aumento salarial ya!
“No puedo pagar el bono”, dijo la gobernadora de la provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal, victimizándose. Tampoco se le ocurrió reabrir las paritarias de docentes y estatales para compensar el robo salarial, y si da algo en concepto de “bono”, aunque sea una miseria, será a cuenta de la paritaria 2017.
La imagen de mujer joven y simpática, o como la pintan los medios afines “valiente y enfrentada a las mafias del conurbano”, choca con la cruda realidad: a quien enfrenta Vidal es a millones de trabajadores, aplicando salarios de pobreza.
A los funcionarios y CEOs del PRO parece que no se les ocurre otra idea que seguir gobernando para los grandes empresarios. Todo con la complicidad de los gobernadores e intendentes, sean del color político que sean, alineados con el ajuste y el saqueo salarial de Macri.
Se dieron a conocer cifras contundentes en relación a la pérdida salarial: “la mitad de los trabajadores ocupados (8 millones de personas) ganan $ 8.000 promedio” (Clarín, 26/10). El 30% de los ocupados percibe $ 5.300. Es decir que el 30% de los hogares (10 millones de personas) perciben $ 9.700, muy lejos de los más de 20 mil pesos que necesita una familia tipo para sobrevivir (pareja más dos hijos).
Esto ha llevado a que la desigualdad social crezca. Según reveló el propio Indec, el 30% más rico se queda con el 58% de la torta, mientras el 30% más pobre sólo con el 10%.
La CGT está avalándolo con la tregua que le firmó al gobierno de Macri. Una canallada sin precedentes. ¿Recuerda, amigo lector, cuando los dirigentes de la CGT decían que había que esperar su “unificación” para poder hacer frente a los graves problemas de los trabajadores? ¡Se unificaron para firmar una tregua escandalosa que respalda el robo salarial!
El “paro sin fecha” fue una cortina de humo para encubrir la claudicación. El pacto antiobrero Macri-CGT fue bendecido por la iglesia, el Papa Francisco y todos los políticos patronales del peronismo y de la denominada centroizquierda. Estos se limitan a pedir limosnas para sus distritos, o algunas obras, en el marco de un gran acuerdo con Macri y Prat Gay para bajar el gasto público (menos salud y educación), despedir y suspender personal. Se aseguran así que la mayoría de los fondos del estado sigan yendo a los pagos de la deuda y a las grandes patronales, megamineras y petroleras.
La CGT ha anunciado que el 18 de noviembre participará de una marcha con los movimientos sociales que pedirá una ley de emergencia para estos sectores, simulando estar con los más humildes. ¡Una nueva lavada de cara para justificar su complicidad con el ajuste!
El ejemplo de lo que hay que hacer lo han dado los profesionales de la salud de Cicop, que con un plan de lucha sostenido lograron un importante aumento y otras conquistas (ver página 3). El paro nacional de los bancarios del pasado viernes 28 fue contundente. El viernes 4 está fijada la jornada de protesta de las dos CTA, Yasky y Micheli, junto a organizaciones sociales que vienen negociando con el gobierno. El mismo día van a parar los judiciales bonaerenses, otro gremio que viene de un plan de lucha desde principio de año. Pero no se puede pelear en soledad. Lo que se necesita es el paro nacional que la CGT ha archivado. La jornada de este viernes no cuenta con un paro de los docentes a pesar de que Yasky dice que el bono es insuficiente y hace falta reabrir las paritarias. ¿Cómo se van a reabrir las paritarias si no es con medidas de fuerza?
ATE Nacional conducida por “Cachorro” Godoy no se ha sumado a esta jornada y ha fijado un paro nacional para el próximo 10 de noviembre. Esto sucede debido a una pelea de aparato con la CTA Micheli y con ATE Capital, que responde al kirchnerismo. Recientemente “se agarraron a palos” al inicio de un congreso de dicho gremio: no se pelean por un plan de lucha, sino por la caja sindical.
Ante esto, el sindicalismo combativo hizo un acto el viernes 28 frente al Ministerio de Trabajo en capital donde reclamó un inmediato aumento salarial, repudió la tregua de la CGT, exigió un paro nacional y llamó a unificar los reclamos.
Llamamos a seguir apoyando las luchas por un aumento salarial de emergencia en camino a cubrir el valor de la canasta familiar, contra los despidos, suspensiones y el robo del impuesto al salario, repudiando la tregua de la CGT. Exigimos al resto de las organizaciones que no dividan y fijen acciones de lucha coordinadas, con paros y planes de lucha nacionales. Con esa propuesta vamos a participar de la jornada del 4 y del paro de ATE del 10.
A los trabajadores y luchadores, comisiones internas, cuerpos de delegados y seccionales combativas los convocamos, además, a unificar esfuerzos para impulsar la pelea por una nueva dirección sindical para la lucha, combativa y antiburocrática. Y a participar del acto de lucha que hará el FIT en la cancha de Atlanta el próximo 19 de noviembre, por una alternativa política de los trabajadores y de la unidad de la izquierda.