Presupuesto 2017: Ajuste y más endeudamiento
Endeudamiento récord, a costa de recortes en educación, salud e investigación científica. El presupuesto fue aprobado por los diputados de Macri, Massa, Stolbizer y gran parte del Frente para la Victoria.
Escribe José Castillo
Se acaba de aprobar en la Cámara de Diputados el presupuesto nacional para el año próximo. Lo destacado es el aumento del endeudamiento externo: otros 40.000 millones de dólares. Del gasto público autorizado, la partida más elevada y que más crece con respecto a 2016 es el pago de intereses de la deuda, que alcanzará 248.000 millones de pesos (alrededor de 16.000 millones de dólares), el 11% del total. Para comparar, a Educación se le otorga apenas el 5,8%, a Salud poco más del 2% y a Ciencia y Tecnología menos del 0,8%. Los fondos para estas últimas partidas crecerán menos que la inflación de este año, lo que implica que en realidad sufrirán un recorte de los fondos asignados.
El presupuesto además fija una pauta salarial para los trabajadores públicos del 17%. Esperan que estatales, docentes y trabajadores de la salud resignen no sólo todo lo perdido por la inflación en 2016, sino también que acepten aumentos por debajo de lo que va a ser la suba de precios del año que viene. Y, otra vez, quedará para “más adelante” cualquier reducción al vergonzoso impuesto “a las ganancias” sobre el salario.
Los diputados que votaron a favor fueron 177, superando por mucho a todos los componentes de la alianza Cambiemos (PRO, radicales, Coalición Cívica de Carrió y peronistas del “Momo” Venegas). También lo hizo el Frente Renovador de Sergio Massa, los peronistas del bloque de Diego Bossio, la centroizquierda de Margarita Stolbizer y el socialismo santafesino.
Debemos destacar, además, la partición del propio bloque del Frente para la Victoria con doce diputados que apoyaron el presupuesto macrista, entre ellos nada menos que el propio presidente del PJ, José Luis Gioja. En todos los casos lo que primó fue la “alianza sagrada” para mantener la gobernabilidad entre el presidente Macri y los gobernadores, sean oficialistas u opositores.
El sector más ultrakirchnerista, encabezado por Axel Kicillof, Héctor Recalde y Máximo Kirchner, votó en contra con argumentos más que cínicos. Una vez más se volvió a escuchar el doble discurso al que nos tienen acostumbrados. Lo definieron como un presupuesto al servicio de un mayor endeudamiento, con “partidas dibujadas”, luego que el kirchnerismo hiciera exactamente lo mismo con todos los presupuestos nacionales presentados en los doce años pasados. Se quejaron “para la tribuna” del ajuste, cuando ellos llevan adelante los mismos recortes en las provincias que gobiernan (empezando por Alicia Kirchner en Santa Cruz).
Nunca fue verdad que “nos habíamos desendeudado”, como mentía el kirchnerismo mientras pagaba a lo largo de todo su mandato casi 200.000 millones de dólares en efectivo. Hoy el macrismo se aferra a esa falsa afirmación kirchnerista para sostener que “no hay riesgo en incrementar el endeudamiento”. El presupuesto 2017 “sincera” que todo sigue girando alrededor de la bola de nieve sin fin de la deuda externa: más pagos de intereses de deuda y a la vez mayor endeudamiento, el viejo mecanismo en el que cuanto más pagamos, más debemos.
Desde el Frente de Izquierda rechazamos rotundamente este presupuesto, proponiendo en cambio un programa de emergencia alternativo. Que se reabran las paritarias, otorgando un aumento de emergencia a trabajadores y jubilados. Que se terminen los subsidios millonarios a las empresas privatizadas, ahora también premiadas con los tarifazos, reestatizándolas bajo control de trabajadores y usuarios. Y, por sobre todo, que se deje de pagar ya mismo la inmoral e ilegal deuda externa, poniendo todos esos fondos al servicio de las necesidades más urgentes de nuestro pueblo: trabajo, salario, educación, salud y vivienda. Este será el planteo que se escuchará en el gran acto del Frente de Izquierda en Atlanta el próximo sábado 19 de noviembre.