Trágico accidente del Chapecoense
La noche del 28 se estrelló en los alrededores del aeropuerto de Medellín, Colombia, el avión en el que viajaba el club de fútbol brasileño Chapecoense. Un modesto equipo que en pocos años había remontado posiciones hasta estar entre los mejores del continente y que debía disputar la final de la Copa Sudamericana con el Atlético Nacional. Solo sobrevivieron seis de las setenta y siete personas a bordo. En un gesto hacia las víctimas, el Atlético Nacional pidió a la Conmebol otorgar el título honorífico de la copa al Chapecoense.
La aerolínea que realizaba el viaje, LAMIA, es una turbia empresa ligada al gobierno venezolano. Fundada en 2009 para operar rutas internas en Venezuela, nunca voló en dicho país, hasta establecerse en Bolivia en 2015 y ofrecer servicios de vuelos charter. El dueño de la empresa es Ricardo Albacete, cuyos vínculos con varios gobernadores chavistas son públicos, además de ser señalado como testaferro en el estado Español de un magnate chino detenido en Pekín por corrupción, Sam Pa. Albacete también fue enjuiciado por estafa en Venezuela.
Lamentamos profundamente esta verdadera tragedia, a la vez que exigimos que la investigación establezca la responsabilidad de estos empresarios delincuentes que trafican y hacen negocios capitalistas con la vida ajena.