Miles en las calles contra la violencia machista
En todo el país se realizaron movilizaciones en el Día internacional contra la violencia hacia las mujeres. Los femicidios continúan y los gobiernos siguen sin dar respuesta, por eso las mujeres reclamamos en las calles.
Escribe Malena Zetnik
La acuciante situación que viven las mujeres en Argentina y el mundo frente a la violencia patriarcal, es un problema visibilizado fuertemente en el último año. Las movilizaciones masivas bajo la consigna de “Ni una menos” surgidas en Argentina en 2015, junto con la de “Vivas nos queremos” de México, son ya una bandera tomada por cientos de miles de mujeres en todo el mundo.
A su vez, las movilizaciones no sólo se vienen dando por el fin de los femicidios, sino que suman otras reivindicaciones centrales de la lucha de las mujeres. Tal es caso del derecho al aborto que moviliza a miles en todo el mundo, con los ejemplos de Polonia, Italia y Argentina con la campaña por la libertad de Belén; como así también la lucha contra la discriminación laboral de las mujeres trabajadoras, que se expresó recientemente con los paros y movilizaciones de mujeres en Francia e Islandia.
Está claro que el movimiento de mujeres está dispuesto a tomar las calles y arrancar conquistas a los gobiernos de todo el mundo que encabezan planes de ajustes y legitiman las violencias patriarcales junto a la iglesia católica. Medidas como la potestad del “perdón” a las mujeres por el “pecado del aborto” que recientemente anunció el Papa Francisco, no son más que un intento desesperado de desviar la lucha de las mujeres que exigen ni una muerta más por abortos clandestinos y el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos.
En Argentina, los principales reclamos siguen pendientes
La reciente jornada del 25 de noviembre en conmemoración de las hermanas Mirabal, tristemente célebres tras sus asesinatos en 1960 por oponerse a la dictadura del dominicano Trujillos, volvió a ser una importante jornada de lucha en el mundo y, en particular en nuestro país, con movilizaciones masivas en todas las provincias. A pesar de los rimbombantes anuncios de planes para erradicar la violencia de género por parte del gobierno de Macri, la situación de las mujeres va de mal en peor. No sólo el ajuste y la crisis económica nos golpean con más fuerza que nunca a las mujeres trabajadoras, sino que los femicidios han saltado exponencialmente desde la jornada de lucha del 19 de octubre.
Una encuesta reciente del colectivo de periodistas NiUnaMenos realizada a 60.000 mujeres reveló que el 97% de las encuestadas fueron acosadas física o verbalmente al menos una vez, y el 79% fue directamente tocada o apoyada sin consentimiento. También que el 67% fue agredida físicamente y el 17% fue violada por su pareja, entre otros datos. Sin embargo, el presupuesto nacional para el 2017 contempla menos de 4 pesos por mujer para prevenir la violencia. A estos datos debemos sumarle la falta de métodos anticonceptivos gratuitos en los centros de salud, ya que el gobierno decidió “ahorrar” recortando el presupuesto a la salud sexual al mismo tiempo que le entrega la capacitación docente para la educación sexual integral a ONGs católicas y se alinea fuertemente con el Vaticano en contra del aborto.
Por eso, el reclamo de la emergencia nacional contra la violencia de género es una exigencia fundamental al gobierno de Macri. Necesitamos presupuesto real ya mismo para poner el pie verdaderas políticas para la prevención y asistencia de las mujeres frente a las violencias machistas. Si sólo se destinara el 0,01 por ciento del PBI por diez años, se multiplicaría por miles el actual presupuesto para la creación de centros de atención a mujeres, patrocinio jurídico gratuito, planes de empleo y vivienda para las mujeres en situación de violencia. Asimismo, seguimos reclamando con fuerza: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir. Basta de financiar a la iglesia católica, institución llena de curas pedófilos y machistas. Separación de la iglesia del estado. Los gobiernos son responsables.