Izquierda Socialista (FIT) ante la muerte de Fidel Castro
Izquierda Socialista emitió el siguiente comunicado firmado por su dirigente y diputado nacional del Frente de Izquierda, Juan Carlos Giordano, con fecha 26 de noviembre de 2016.
El anuncio de la muerte de Fidel Castro ha generado un gran impacto mundial. El pueblo cubano está de luto. Millones en el mundo lloran al líder que condujo en forma directa, junto al Che, la revolución cubana de 1959 que fue un ejemplo para los revolucionarios y luchadores del mundo. Acompañamos el pesar del pueblo cubano y de los luchadores de la izquierda mundial, aunque como socialistas hemos tenido serias discrepancias con las posturas de Fidel Castro y de la conducción del PC cubano.
Repudiamos todas las expresiones de los reaccionarios del mundo, en especial de la gusanería de Miami y de Donald Trump, que salieron a festejar su muerte.
El Fidel con el cual todos los luchadores antiimperialistas y socialistas se identifican es el que junto al Che y Camilo Cienfuegos encabezó el triunfo del pueblo que aplastó a la dictadura de Batista en enero de 1959. Al Fidel de la reforma agraria, al que rompió con el imperialismo yanqui y expropió a las multinacionales del azúcar y el petróleo y a la burguesía y a los terratenientes cubanos. Medidas que posibilitaron que el pueblo cubano pasara a gozar de amplias conquistas en salud y educación. Al Fidel combatiendo la invasión yanqui en Playa Girón y al que en la segunda declaración de la Habana de febrero de 1962, declaró el socialismo en Cuba y dijo que “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución”.
Pero lamentablemente existió otra faceta de Fidel Castro que no podemos dejar de señalar al momento de su muerte. Sabemos que esto puede incomodar a miles de luchadores que aún siguen creyendo en él.
El curso revolucionario que hemos descripto se truncó por el acuerdo de Fidel Castro con la burocracia del PC de la Unión Soviética. Desde mediados de los ́60 Fidel aceptó la política estalinista de “coexistencia pacífica” con el imperialismo y de abandonar la política del Che, de extender la revolución socialista a América y al mundo. A partir de ahí, Fidel Castro pasó a jugar en contra del avance de toda revolución. Se consolidó un régimen burocrático de partido único que aún perdura.
Cuando el pueblo de Checoslovaquia en 1968 se levantó contra la dictadura del estalinismo, Fidel apoyó la invasión de los tanques rusos que ahogaron en sangre aquella revolución antiburocrática. En Nicaragua, cuando en 1979 se derrotó al dictador Somoza, Fidel apoyó que los sandinistas formaran gobierno con los burgueses anti somocistas y no avanzaran en medidas de expropiación, aconsejando “no hacer de Nicaragua otra Cuba”. Más recientemente, en Venezuela, Fidel apoyó el falso “socialismo del Siglo XXI” de Chávez y Maduro, haciendo creer que ese país estaba “construyendo el socialismo”, cuando se está haciendo lo opuesto. El chavismo mantuvo la estructura capitalista, creó las empresas mixtas en petróleo pactando con las multinacionales, como Chevron, Total o Repsol, fomentado una boliburguesía, criminalizando la protesta y hambreando al pueblo venezolano. También en estos años Fidel y la conducción cubana avalaron los falsos “gobiernos progresistas” de Lula y Dilma en Brasil, Evo Morales y los Kirchner que aplicaron ajustes contra sus pueblos. Y al interior de Cuba, se fueron liquidando con el paso de los años las conquistas de la revolución.
Desde fines del siglo pasado se fue impulsando la política de confiar en los capitales extranjeros, abriéndose la economía cubana a las multinacionales canadienses y europeas, restaurándose el capitalismo.
Acompañamos el dolor del pueblo cubano por estas horas. Y seguimos llamándolo a luchar por volver a retomar las banderas de la revolución del ́59 y el mensaje del Che, “revolución socialista o caricatura de revolución”. Apoyando su derecho a la organización independiente -sindical, estudiantil y política- contra el régimen de partido único.
Cuba necesita una nueva revolución socialista con democracia para el pueblo trabajador, que vuelva a ser el faro para los luchadores anticapitalistas y antiimperialistas de Latinoamérica y el mundo.