Defender el sistema público de salud: Contra el carnet de pobre
Escribe Reynaldo Saccone
La Cobertura Universal de Salud que anunció el gobierno nacional por decreto es un paso más en el camino señalado por los organismos financieros internacionales para eliminar la atención gratuita de la salud y privatizar las prestaciones. Trae aparejado el concepto de “canasta de prestaciones” que es más completa cuanto más se paga. También incluye la “credencial inteligente” que es un “carnet de pobre” con prestaciones mínimas para quienes no pueden pagar. Si bien es una orientación global, en nuestro país se ha avanzado poco gracias a la resistencia que vienen oponiendo en primer lugar los trabajadores de la salud.
Hay una gran tradición de luchas en defensa del sistema público de salud sostenida por enfermeras, profesionales y demás integrantes de la comunidad hospitalaria que enfrentan los intentos privatizadores. Es en la provincia de Buenos Aires donde los gobiernos se han estrellado con más fuerza contra la resistencia de los trabajadores y la comunidad. Podemos recordar las luchas triunfantes en defensa del hospital de Morón y del hospital de San Miguel. En ellas la firmeza de los trabajadores hospitalarios sin distinción de categorías laborales, impactó a la opinión pública que se puso abiertamente de su lado y derrotaron los intentos de privatización conducidos por los respectivos intendentes de entonces, Juan Carlos Rousselot y el “carapintada” Aldo Rico.
Derrotados estos intentos de privatización, los sucesivos gobiernos de la provincia han optado por el ahogo presupuestario de la salud dejándola caer en un deterioro imparable para que emerja el clamor popular por un “cambio”. Este “cambio” sería obviamente la privatización. Ya hay algunos movimientos sociales que piden, equivocadamente, una “obra social para los desocupados” que facilitaría aún más la privatización de la salud. La salida es, en cambio, defender el sistema público pero dotándolo de los recursos necesarios para que pueda brindar una atención gratuita, de excelencia e igual para todos. Algo que sólo será posible con la lucha de los trabajadores hospitalarios y los sectores populares.