Trump nombra a agente de petroleras en “medio ambiente”
Scott Pruitt, un negacionista del cambio climático, será el encargado en Estados Unidos de la “protección ambiental”. En los últimos años Pruitt ha sido uno de los impulsores de la batalla legal contra las políticas para reducir la contaminación por hidrocarburos, que se hacían a través de esa misma Agencia de Protección Ambiental que ahora va a dirigir. Un lobo para cuidar ovejas... En su campaña Trump dijo que el cambio climático era “un invento de los chinos” para perjudicar a Estados Unidos.
Este señor es del Partido Republicano, de 48 años, y era fiscal general de Oklahoma y sus padrinos (que le dieron millones de dólares a sus campañas, para que los “representara”) fueron los hermanos Charles y David Koch, del gigante químico petrolero Koch Industries; Harold Hamm, de la también petrolera Continental Resources; y Larry Nichols, de Devon Energy. Es decir, no es alguna convicción intelectual, sino el interés de mantener superganancias de quienes lo financian y del señor Pruitt, que no es más que un lujoso empleado a sueldo de las petroleras. El Estado capitalista imperialista norteamericano al desnudo, “atendido por sus propios dueños”.
Varios de los ministros anunciados por Trump son multimillonarios: el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, ex ejecutivo de Goldman Sachs; el secretario de Trabajo, Andy Puzder, magnate de la comida rápida (precisamente los que superexplotan a decenas de miles de jóvenes); la secretaria de Educación, Betsy DeVos, empresaria energética; el secretario de Comercio, Wilbur Ross, banquero; el subsecretario de Comercio, Todd Ricketts, vinculado a los servicios financieros...
El nombramiento de Pruitt muestra que aún los muy limitados compromisos que adquirió Estados Unidos en la XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP 21), que firmaron 195 países, podrían no ser cumplidos.
Lo cierto es que el propio acuerdo era de carácter muy limitado y no sería suficiente, sólo un paliativo muy parcial, para impedir el calentamiento global. Con Trump o sin Trump, el capitalismo en crisis se muestra incapaz de impedir el desastre ambiental.
M.L