Rebelión obrera y popular en Corea del Sur: Cae la presidente derechista
Escribe Miguel Lamas
El Parlamento de Corea del Sur destituyó a la presidenta Park Geun-hy. Esto sucedió después de un año de grandes huelgas obreras y de dos meses de movilizaciones populares semanales con millones de personas exigiendo que se vaya. La destitución se produce formalmente por la acusación de corrupción. Park Geun-hy fue señalada por los fiscales como “cómplice” de su íntima amiga Choi Soon-sil, que recaudó decenas de millones de dólares de “donaciones” de las grandes empresas, a cambio de “favores” a los empresarios, para una fundación “benéfica” que ella dirigía.
Esas empresas, que lideran el capitalismo surcoreano, son los conglomerados llamados “chaebols”, asociados al imperialismo yanqui (Samsung, Hyundai, Kia, etcétera) son también blanco de la indignación popular. Días antes de la destitución de Park, fueron citados al Parlamento los presidentes de los más poderosos Chaebols. Tenían que responder a sus vínculos corruptos con la presidenta y su “favorita” Choi Soon. Según la prensa coreana “ninguno ofreció respuestas concretas”.
Pero, más allá de la corrupción, el trasfondo de la crisis es la lucha social. El concentrado capitalismo coreano intentó descargar la crisis económica mundial con otra vuelta de tuerca a la actual superexplotación. La nueva legislación laboral que intentan implementar desde 2015 se basa en liquidar el poder de negociación sindical, facilitar despidos y contratos temporarios, y pagar en función de “rendimientos”. Además el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos permite a los “inversionistas” aplicar sus propias normas en función del “beneficio” de sus inversiones. Por eso y otras medidas de ajuste en salud y educación, en diciembre del 2015 se formó la Coordinadora del Poder Popular, con 52 organizaciones incluyendo la central sindical KCTU y la Liga Campesina, que reúne a trabajadores, estudiantes, campesinos y sectores pobres opuestos no sólo a la agenda anti-sindical del gobierno, sino también al TLC con Estados Unidos y a la corrupción. Este movimiento ya hace un año que exige la renuncia de la presidente Park. Convocaron a una huelga general en diciembre del 2015 a la que el gobierno respondió con represión, apresó al líder de la central KCTU Han Sang-Gyun, por “violar la ley” y “obstrucción del tránsito”, y lo condenó a 5 años de cárcel. Pero sólo logró radicalizar mucho más el movimiento. En septiembre último hicieron huelga 50.000 trabajadores de la Hyundai y decenas de miles de trabajadores públicos y del transporte, entre ellos los ferroviarios pararon durante varias semanas.
La crisis coreana tiene final incierto. Por supuesto la burguesía coreana y el imperialismo intentan encauzarla por la vía parlamentaria y manteniendo el sistema capitalista semicolonial dependiente de Estados Unidos. Pero el cuestionamiento de fondo a las grandes empresas capitalistas y el imperialismo ya se convirtió en una idea de masas. Y por primera vez se perfila en la Central sindical KCTU una alternativa obrera y popular ante la crisis.