¡PARAZO!
Luego de las repetidas amenazas del gobierno y las patronales, con una artera campaña lanzada desde los medios de comunicación afines para desprestigiar e intentar doblegar el alcance de la protesta, se plasmó en una gran jornada la bronca de los trabajadores y los sectores populares frente a los despidos, suspensiones, tarifazos y el techo salarial del 18%. La clase trabajadora le paró el país al ajuste Macri y de los gobernadores.
La mayoría de los establecimientos y fábricas del país amanecieron el 6 de abril sin el calor color habitual qué, en las mañanas, millones de trabajadores le imprimen con su trabajo. Fue un día en donde la bronca se canalizó y le clavó un parazo a Macri y a sus amigos empresarios.
Los pedidos desesperados de la ministra Bullrich de “salgan a trabajar en bicicleta, camión o furgoneta”, con la legión de periodistas en contra, o las amenazas del gobierno, variadas y de todo tipo, no amedrentaron a quienes pararon. La acusación de que era un “paro sin motivos”, “paro político” o las “espontáneas” opiniones desde las redes sociales, pareció generar el efecto contrario al deseado, cayendo en saco roto y terminando por sentenciar la firme decisión de los trabajadores de que a este gobierno y su plan de ajuste se lo enfrenta con la lucha. Los cordones industriales a lo largo del país, como en el norte del gran Buenos Aires, Córdoba o el Gran Rosario, fueron el termómetro que midió el nivel de adhesión del paro convocado por la CGT. En las autopartistas, terminales automotrices, alimenticias, metalúrgicas y otras ramas de la industria la adhesión fue importante. Los trabajadores de los gremios de transporte se sumaron al paro, incluidos los trabajadores aeroportuarios. Fue sin lugar a dudas, una gran acción nacional. Apenas unos días antes del paro, Macri atacaba a los trabajadores hablando de “mafias de los sindicatos”, en una abierta campaña antiobrera que ya venía aplicando contra los docentes, con el detalle que de ladero en sus declaraciones lo tenía a Gerardo “601” Martínez, buchón de los servicios de inteligencia de la dictadura y verdugo de los trabajadores de la construcción. En la jornada del paro, Macri elegía reunirse con otros mafiosos, los empresarios del “mini Davos”, para discutir cómo seguir repartiendo sus millonarios negocios.
Las imágenes de la televisión fueron lapidarias, las paradas de colectivos y estaciones de trenes vacías. Una postal que los medios no pudieron esconder, por los despidos, suspensiones, tarifazos y salarios a la baja, un amplio arco de trabajadores y sectores populares fueron los grandes protagonistas de un paro contundente.
Con la bronca no alcanza, hay que seguirla
Mientras los docentes marcaban el rumbo con su ejemplo de lucha, desde abajo se apuntó a las vacilaciones de los dirigentes de la CGT que se vio obligada a convocar el paro. Y luego del paro, un triunvirato preocupado le pidió al gobierno “que tome nota de la dimensión de la protesta”. El parazo servirá para renovar la necesidad y exigencia a la CGT de darle continuidad a esta gran jornada nacional, donde millones de trabajadores expresaron su bronca y seguirla con un plan de lucha con paro de 36 horas y movilización a Plaza de Mayo, para parar las políticas de ajuste de Macri y los gobiernos provinciales. En ese sentido es importante la convocatoria realizada por los ferroviarios del Sarmiento, que en asamblea votaron la iniciativa de buscar coordinar y debatir junto con el sindicalismo combativo, para que las luchas contra las políticas de hambre, despidos, tarifazos y el techo salarial de miseria del 18% triunfen. Desde Izquierda Socialista nos ponemos a su servicio, comprometiéndonos a acompañar y apoyar ese proceso de organización antiburocrática y de democracia sindical. ¡Es el camino a seguir para derrotar el ajuste, es nuestra gran tarea!
Corte en 197 y Panamericana: Repudiamos la feroz represión de la Gendarmería
Desde las 6 de la mañana las inmediaciones de Panamericana y ruta 197 se fueron nutriendo de trabajadores del Sutna, Docentes Autoconvocados de Malvinas Argentinas, Suteba Tigre y Escobar, de la Alimentación, gráficos, de la Carne y los compañeros de la Línea 60, entre otros, acompañados por estudiantes y distintas agrupaciones políticas y sociales. Todos formaron parte del corte de Panamericana, de acuerdo con lo resuelto por las diversas organizaciones gremiales y de base. Un impresionante operativo de Gendarmería que volcó muchos efectivos, perros y carros hidrantes no bastó para amedrentar la decisión de llevar adelante el piquete en el epicentro del cordón industrial de zona norte.
Si bien se había dejado un carril liberado, el corte terminó abruptamente cuando la Gendarmería, a las órdenes del mismísimo Secretario de Seguridad Eugenio Burzaco, presente en el lugar, inició una feroz y repentina represión. Mujeres que estaban en primera fila, automovilistas e incluso periodistas fueron brutalmente apaleados y gaseados por los gendarmes. Varios compañeros sufrieron los efectos de los gases lacrimógenos, de gas pimienta arrojado directamente a los ojos desde corta distancia y bastonazos. Más de diez compañeros fueron detenidos y otros tantos hospitalizados. Nada de esto le importó a Burzaco y luego a la ministro Patricia Bulrich, que se ufanaban de que habían “liberado” la Panamericana. Repudiamos y hacemos responsable al gobierno nacional por esta represión.
Claudio Funes