Escribe Liliana Olivero

Los vecinos autoconvocados de “Santa María sin basura” vienen dando desde octubre pasado una batalla sin pausa para impedir la instalación del tercer megabasural más grande de Sudamérica en las inmediaciones de su pueblo Santa Ana. Con cortes de ruta y movilizaciones han logrado frenar los planes por ahora. Después de estudios viciados de irregularidades y de un fabuloso negocio privado, ocurrió lo que los vecinos venían denunciando. La lluvia de la semana pasada no solo puso en riesgo la vida de muchos habitantes, ya que el agua atravesó sus viviendas; sino que la planta de Tratamientos de Residuos Peligrosos (TAYM) del empresario Roggio, ubicada cerca del pueblo, se inundó y colapsó, derramando y dispersando líquidos tóxicos por toda la zona.

Incluso resultaron contaminadas las aguas en el Canal Los Molinos, que abastece de agua al 30% de la capital. Aguas Cordobesas, también del empresario Roggio, cortó por unas horas el suministro por prevención, descartando la contaminación. Sin embargo, ésta fue confirmada posteriormente por la justicia. En una masiva conferencia de prensa en la que participé, los vecinos decidieron volver a marchar este martes 4 por la Emergencia Ambiental, exigiendo las renuncias del ministro de agua y el secretario de ambiente provinciales. Al grito de ¡Emergencia ambiental y sanitaria!, y ¡Fuera TAYM!, culminó la masiva marcha en la capital cordobesa. El desafío ahora es presentar el proyecto que elaboramos con la asamblea de vecinos y nuestro legislador Ezequiel Peressini la semana próxima.