80 años del bombardeo fascista de Guernica
Escribe Simón Rodríguez
El 26 de abril se cumplieron ocho décadas del bombardeo nazi del pueblo vasco de Guernica. Se trató de un ataque sin justificación desde el punto de vista militar, con el objetivo de arrasar el pueblo y desmoralizar al bando republicano. Ya el 31 de marzo los aviones del fascista Mussolini, sumados al bando de Franco, habían machacado la ciudad vasca de Durango, asesinando a 250 civiles. Los bombarderos de la Legión Cóndor, enviados por Hitler, destruyeron cuatro quintas partes de las edificaciones de Guernica, asesinaron a 1.635 personas e hirieron a 889. La Iglesia Católica, con un rol protagónico en el bando fascista, apoyó la guerra de tierra arrasada, aunque con su característica cobardía los franquistas negaron la autoría del ataque durante toda la guerra, atribuyéndolo a los republicanos.
La coalición fascista incluía también a cien mil marroquíes, reclutados por los colonialistas españoles, con derecho a saquear, violar y torturar durante la campaña. Las democracias burguesas europeas no apoyaban al bando republicano, pese a que el estalinismo español bajo órdenes de la burocracia soviética se esmeró en defender al gobierno burgués republicano, reprimiendo a los marxistas y anarquistas para impedir una revolución obrera, bajo el pretexto de que no había que ahuyentar el apoyo de los burgueses “antifascistas”. Todo ello sirvió las condiciones para el triunfo fascista. Las tácticas del “terror aéreo” ensayadas por los nazis e italianos en la guerra civil española se convertirían en la norma en la segunda guerra mundial y luego serían usadas por los yanquis en Vietnam, o más recientemente por el dictador fascista Assad y su aliado Putin en Siria.
El célebre pintor Pablo Picasso dedicó al pueblo de Guernica un cuadro con el mismo nombre, en el que mostró en un lenguaje cubista la destrucción y la muerte producidas por las bombas del fascismo. Se presentó en la Exposición Internacional de París en 1937 y generó un gran impacto, convirtiéndose en una icónica denuncia de ese horrible crimen contra la humanidad.