Escribe Gastón Cruyff

La nueva declaración del coimero Leonardo Meirelles vuelve a complicar al jefe de los espías, Gustavo Arribas, en la causa por el soterramiento del tren Sarmiento. La justicia y Macri lo defienden, pero la realidad es que cada vez hay más pruebas en su contra.

El escándalo de la constructora brasileña Odebrecht continúa. La semana pasada declaró ante fiscales argentinos, uno de los testigos del caso, Leonardo Meirelles. La empresa pagó coimas por miles de millones de dólares en Venezuela, Ecuador, Perú, México, Guatemala, República Dominicana, Colombia y Argentina. En nuestro país, según reconoció la propia empresa, desembolsó 35 millones de dólares entre 2007 y 2014. En su declaración, Meirelles ratificó el pago de coimas a Gustavo Arribas, actual titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex SIDE), a través de diez giros por un total de 850 mil dólares en 2013. Arribas, amigo de Mauricio Macri, viene del mundo del fútbol –ahí lo conoció en los 90’– y siempre estuvo involucrado en negocios espurios, pero por vivir en San Pablo, Brasil, se mantuvo en el anonimato. Los pases de Tévez y Mascherano al Corinthians brasilero en el 2005, que siempre estuvieron bajo sospecha, fueron tramitados por él. Casualmente, en ese momento Macri era el presidente de Boca.

Odebrecht le pagaba coimas a diferentes funcionarios u operadores de los distintos países para que estos consiguieran que las distintas obras que se realizaban (construcción de tuberías de gas, agua o megaemprendimientos) fueran a parar a sus manos. Así, la empresa inflaba los costos con el aval de los gobiernos. Esto le servía para recuperar el dinero que gastaba en coimas y obtener superganancias. Los funcionarios a su vez recibían cuantiosas sumas de dinero y se enriquecían. Según se declaración jurada, Arribas es el funcionario más rico del gobierno. Meirelles era un cambista que manejaba dinero en negro a través de empresas truchas y se encargaba de pagar los sobornos. Admitió ante la justicia brasileña que pagó un total de casi 4.000 sobornos en todos estos años. Sus declaraciones se deben a la existencia de una ley de “delación premiada” que rebaja la pena de los condenados que “ayudan” mediante sus declaraciones a resolver el caso y a encontrar a más culpables. El dueño del grupo, Marcelo Odebrecht, admitió que en el 2014 le entregó plata a Michel Temer, actual presidente de Brasil, para su campaña electoral, quien en ese momento era candidato a vicepresidente en la fórmula junto a Dilma Rouseff, por PT de Lula Da Silva.

Meirelles comenzó a girarle los 850 mil dólares a Arribas un día después de que la constructora anunciara en su página web: Odebrecht Infraestrutura conquista novo contrato na Argentina. El hecho tuvo su antesala cuando el kirchnerismo publicó el 30 de agosto del 2013 el decreto 1244 con el que creó la unidad ejecutora para esa obra, financiada con 700 millones de pesos del Estado nacional y un crédito de 1500 millones de dólares otorgado por el Banco de Desarrollo brasileño. En los dos días siguientes Meirelles transfirió los miles de dólares a la cuenta de Arribas.

En junio de 2016, el Gobierno presuntamente destinó unos 3.000 millones de dólares a Odebrecht y al primo del presidente Macri, Ángelo Calcaterra, titular de Iecsa, compañía familiar asociada con Odebrecht en la obra del soterramiento del tren Sarmiento. El decreto fue firmado por la vicepresidenta Gabriela Michetti. Argentina es el único país que continúa teniendo relaciones con Odebrecht.

También Meirelles dijo que había dos personas más involucradas. Los nombres que cada vez se amoldan mejor para ocupar esos lugares son los del ex ministro de Planificación, Julio De Vido (principal responsable de la Masacre de Once) y también el de Manuel Vázquez (testaferro del entonces secretario de Transporte Ricardo Jaime) quien en el 2010 le envió un mail al representante de Odebrecht en Buenos Aires, exigiéndole 80 mil dólares –según la documentación de los investigadores del Lava Jato– que les adeudaban a él y a Jaime en concepto de coimas. Como se puede apreciar, tanto kirchneristas como macristas quedan embarrados en el lodo del mismo escándalo.

Macri recibió financiamiento de Odebrecht

Documentos oficiales demuestran que la constructora brasileña Odebrecht pagó abundantes coimas en nuestro país y financió a través de su empresa Braskem la campaña de Mauricio Macri con 500 mil pesos a comienzos de 2015. También financiaron a Scioli, Massa y Stolbizer. El jefe de campaña del PRO, José Torello, admitió el financiamiento y lo justificó, alegando que fue “legal”. “Nos señalan porque hacemos las cosas transparentes”, dijo Torello. Lo único claro y transparente en todo esto es el vínculo del macrismo con la corrupción y la política mafiosa.

Proyecto del diputado Giordano (caso Arribas-Odebretch) “Que los corruptos vayan presos y devuelvan lo que robaron”

Ante el escándalo que involucra al titular de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia), al gobierno de Macri y a la constructora Odebretch, el Diputado Nacional de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda, Juan Carlos Giordano presentó un proyecto de ley contra la corrupción el pasado 4 de abril.

En la presentación del citado proyecto, el propio Giordano expresó: “Izquierda Socialista presentó un proyecto de ley para que los funcionarios y empresarios corruptos vayan presos y devuelvan todo lo que robaron. Para ello proponemos que se les invierta la carga de la prueba -se los debe considerar culpables hasta que demuestren su inocencia-, procediéndose a su inmediata detención. Y al remate de sus propiedades, bienes y demás acreencias, dinero que pasará a las arcas del Estado engrosando los presupuestos de educación, salud, vivienda y demás programas sociales. A su vez, las empresas responsables pasarán a funcionar bajo la órbita del Estado nacional o provincial, según corresponda, las cuales serán gestionadas por sus trabajadores. Estos negocios capitalistas no pueden quedar en la impunidad”.

Corresponsal