Monseñor Aguer: Más declaraciones a favor de los genocidas
Otra vez la Iglesia, a través de su ala más abiertamente pro militar y reaccionaria, cuestionando el genocidio y los desaparecidos. En pleno tedeum del 25 de mayo en la catedral de La Plata, con la presencia de la gobernadora Vidal y sus ministros, monseñor Aguer con total impunidad no sólo volvió a cuestionar la cantidad de desaparecidos si no que extendió sus crítica a la legislatura provincial por la norma que determina que las publicaciones oficiales deben consignar como “cívico-militar” a la última dictadura y el número de 30.000 junto a la expresión “desaparecidos”.
Aguer lo lanzó desde el púlpito en una fecha “patria”, sabiendo que sus palabras iban a ser recogidas con agrado por Vidal. De hecho a las pocas horas, el secretario de Derechos Humanos de la provincia, Santiago Cantón, reivindicó a Aguer diciendo que la “ley es mala, violatoria de la libertad de expresión, que cualquiera podría definir libremente cuantos fueron los desaparecidos”. Esto se suma a declaraciones anteriores de funcionarios del gobierno como por ejemplo ,la del carapintada Gómez Centurión, que dijo: “No es lo mismo 8.000 verdades que 22.000 mentiras”.
Cantón busca “libertad” para los negacionistas. El prelado no sólo está contra los “desaparecidos”. También son conocidas sus posiciones contra la legalización del aborto, la homosexualidad, la violencia de género y un largo etcétera de posturas reaccionarias. Menos públicos son sus lazos con la mafia, como la relación que mantiene con el banquero y hombre cercano a la Iglesia y al Vaticano, Francisco Trusso, quien llevó a la quiebra al Banco de Crédito Provincial y fue el mismísimo Aguer quien pagó la fianza de un millón de pesos para que el estafador quedara libre. De ese número Aguer no debe tener ninguna duda.
La contundencia de la movilización contra el 2x1, la reculada del gobierno y sus operadores ha dejado un sabor amargo en los sectores negacionistas que encuentran en personajes como Aguer y la curia a sus principales voceros.
Martín Fú