Cristina y el peronismo no frenan a Macri
Escribe Gabriel Massa
El macrismo festeja sus buenos resultados en las PASO como si ya tuviera en sus manos las llaves del poder para siempre. Por el mismo motivo y por el inesperado resultado de Cristina en la provincia de Buenos Aires, los kirchneristas se sienten desmoralizados. Pensaban que eran la única fuerza que podía frenar a Cambiemos y su ajuste. El resultado electoral no mostró esto, aunque muchos repudian sus medidas y tienen bronca ante la carestía y los despidos y odian a este gobierno de los ricos.
Compartimos con muchos compañeros kirchneristas y con los trabajadores en general el odio a este gobierno y la bronca ante el ajuste. Por eso queremos dialogar con aquellos compañeros que hoy se sienten desconcertados ante los resultados. No se trata simplemente de que Cristina no pudo frenar electoralmente al macrismo. Hay que preguntarse con seriedad por qué un sector popular de la provincia de Buenos Aires y todo el país, que antes votaba al kirchnerismo, no lo ha hecho en esta elección. En primer lugar esto es así porque después de doce años de gobierno, Cristina no solucionó los problemas de los trabajadores y demás sectores populares: fue dejando casi 30% de pobres y 40% de trabajo en negro, mientras gobernaba con corruptos como De Vido, Boudou, Jaime y José López. Los barrios populares siguieron siendo un infierno de calles de tierra, falta de luz, de agua, de cloacas, de inseguridad, de narcos. Los hospitales y las escuelas públicas están destruidos, cada vez con menos fondos.
Macri, Vidal y Carrió aprovecharon todo esto en la campaña electoral con denuncias espectaculares de corrupción, que de paso le sirvieron para encubrir en alguna medida su ajuste, la oleada de despidos o los tarifazos. Por eso el argumento del gobierno de que el problema no es lo que hace Cambiemos sino la herencia de miseria y corrupción que dejó el kirchnerismo sigue engañando a muchos. Porque efectivamente se apoya en la realidad que dejó el kirchnerismo.
Pero, además, en el año y medio que lleva gobernando Macri hemos visto a Cristina, al kirchnerismo y a todo el peronismo actuar de cómplices del gobierno. Sus diputados y senadores le votaron todas las leyes de ajuste y del pago de la fraudulenta deuda externa a los buitres en el Congreso. Los dirigentes kirchneristas, empezando por Cristina, estuvieron ausentes en todas las luchas de los estatales, de PepsiCo, AGR-Clarín, de Cresta Roja, en las que los trabajadores resistieron la oleada de despidos.
Los burócratas de la CGT y la CTA, lejos de ponerse a la cabeza de los reclamos, se vendieron al gobierno y dejaron pasar el ajuste a cambio de 30.000 millones de pesos para las obras sociales que manejan. Cristina misma les pidió que no llamaran a hacer marchas y paros.
Y en las provincias en las que gobiernan, como Santa Cruz -donde Cristina no se atrevió a ir a votar por temor al repudio popular- aplicaron el mismo ajuste que Macri y todos los gobernadores.
Por todo eso es que el kirchnerismo y el peronismo en todas sus variantes no son salida. Por eso muchos no los votaron. Los hechos dicen que no va más el peronismo, kirchnerista y no kirchnerista. Y que el llamado de los dirigentes kirchneristas a encolumnarse detrás de Cristina para derrotar a Cambiemos en octubre llevará a la misma frustración. Es que no van más las distintas variantes patronales con sus socios los burócratas de la CGT y la CTA, todos cómplices del ajuste de Macri.
Por eso, nosotros sostenemos que la verdadera alternativa para enfrentar el ajuste es el Frente de Izquierda, que sí estuvo presente con sus militantes, sus dirigentes, sus diputados y legisladores en todas las luchas de los trabajadores. Que participó unitariamente de las pocas acciones que convocaron las centrales sindicales exigiendo el verdadero plan de lucha, con paro y movilización, que se necesita para frenar el ajuste. Que impulsó la movilización de las mujeres y las marchas contra la represión, como ahora ante el secuestro de Santiago Maldonado.
El Frente de Izquierda es el que propone un programa que realmente sirve para terminar con los despidos y suspensiones y lograr un salario mínimo igual a la canasta familiar y el 82% móvil para los jubilados, que es una verdadera alternativa al ajuste: el no pago de la deuda externa y la estatización bajo control de los trabajadores de los bancos, el comercio exterior y las principales empresas. Para poner todos esos recursos al servicio de un plan de obras públicas que construya las millones de viviendas que faltan, hospitales, escuelas, redes eléctricas, de gas natural, cloacas, calles asfaltadas y todo lo que se necesita. Creando así trabajo genuino para todos.
Los hechos dicen que para frenar el ajuste e imponer una salida al servicio de los trabajadores y el pueblo tenemos que fortalecer lo nuevo, a las organizaciones que luchan junto a la clase trabajadora. Izquierda Socialista te invita a sumarte a sus filas para seguir construyendo juntos el Frente de Izquierda.