La desaparición forzada de Santiago Maldonado pone nuevamente al gobierno y a la ministra en el ojo de la tormenta, primero negando la desaparición del joven y respaldando el operativo de Gendarmería, para luego recorrer un sendero de declaraciones una más repudiable que la otra. El pasado sábado en la mesa de Mirtha Legrand, Patricia Bullrich no dudó en cuestionar la veracidad de los crímenes de la dictadura afirmando que “los demonios no era tan demonios” (Página 12 ,28 de agosto) entre una batería de definiciones repugnantes que se prolongaron durante todo el programa.

La que antes, sin sonrojarse siquiera, había afirmado que el caso Maldonado se dividía en dos bandos, los que “quieren encontrar a Santiago y los que no queremos encontrarlo”, volvió a respaldar a la Gendarmería y deslindar la responsabilidad del gobierno al mencionar que “trabajaban para que no sea un caso como el de Julio López”, tirándole la pelota al kirchnerismo, responsable de la desaparición de quien testificó contra el genocida Etchecolatz. La negación constante de la ministra y el encubrimiento del accionar de Gendarmería motivó que la misma Legrand le remarcara la responsabilidad del gobierno. Miles de tuits que llegaban al programa mientras este transcurrían repudiaron los dichos de la ministra.

Escribe Martín Fú