Santiago Maldonado: La Gendarmería está cada vez más involucrada

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La Gendarmeria estaUn gendarme declaró haber tirado una piedra a un “encapuchado”. Luego otro manifestó haber disparado su escopeta antimotín. Es la primera vez que se logra quebrar el pacto de impunidad que intenta salvar a la Gendarmería y al gobierno. Hay que profundizar la movilización para llegar a la verdad y castigar a los culpables.

Escribe Juan Carlos Giordano - Diputado nacional Izquierda Socialista-Frente de Izquierda

“Aunque en Balcarce 50 repiten que el respaldo de Macri y Peña a Bullrich ‘es total’, nadie se anima a descartar que haya efectivos involucrados. Aseguran que la declaración del gendarme Neri Armando Robledo, que cuarenta días después admitió haberle pegado un piedrazo a ‘un encapuchado’, alimenta esa hipótesis”.
Esto no lo decimos nosotros. Lo dice un periodista del diario La Nación, uno de los tantos comentarios que aparecieron en las últimas venticuatro horas, demostrando que el manto de impunidad se está resquebrajando.
Que la ministra Bullrich se haya mostrado sonriente junto al genocida Benjamin Netanyahu no quiere decir que no esté en problemas. Que el ADN haya dado negativo no implica, como dice el gobierno, “que no hubo desaparición forzada”, porque precisamente se borraron pruebas, las camionetas de la Gendarmería fueron lavadas y se desvió desde un inicio la investigación.
Después de que se levantó el secreto de sumario se confirmó que las hojas de los libros de Gendarmería, por ejemplo, “están pegadas con cinta scotch, cambiados los nombres, las fechas, los móviles, las armas”, según dijo la abogada de la familia (Página12, 8/09). También se reveló que el jefe del operativo de Gendarmería “se enteró” recién el día 3 que había un desaparecido (cuarenta horas después de que lo supiera el titular de esa misma fuerza de Esquel).
Otro dato repudiable es que el gobierno se negó a conformar una comisión investigadora independiente para llegar a la verdad y castigar a los culpables, como exigían los familiares. No es casual. Porque quieren seguir con el encubrimiento. Hasta el juez Otranto se negó a investigar quiénes eran las personas que estaban al lado del teléfono que pertenecía a Santiago Maldonado cuando recibió una llamada el día posterior al 1o de agosto.
Ahora, un gendarme reconoció que reprimió a un “encapuchado”. Pero el gobierno lo quiere usar como chivo expiatorio para salvar al conjunto de la institución, haciéndolo pasar como que “se le fue la mano”, para salvar al resto. ¿Pero no fue toda la “institución” la que entró ilegalmente al predio mapuche, los persiguió e hizo desaparecer a Maldonado? Es el viejo truco de que hubo un “exceso” individual para intentar “cerrar” el caso y salvar a la cúpula represiva y a los funcionarios del gobierno. No lo tenemos que permitir.

Hay que seguir movilizados para derrotar el encubrimiento
La movilización popular obligó a cambiar la carátula. Ahora, a que un gendarme esté involucrado. ¿Hay elementos para imputar a los gendarmes? Claro. ¿Y a los responsables políticos de la Gendarmería, como Bullrich y Nocetti? ¡También! Pero para lograrlo hay que derrotar el encubrimiento oficial y de la Justicia.
Estamos ante una gran pulseada nacional. De un lado están el gobierno, la Gendarmería, la Justicia y los medios afines que actúan para la impunidad. Del otro, los familiares de Maldonado, la comunidad mapuche, los organismos de derechos humanos y los miles que reclamamos aparición con vida.
La movilización popular unitaria lo puede. Miremos el fallo de la Corte del 2x1 a favor de los genocidas: tuvieron que archivarlo ante el repudio popular y miles en las calles. Lo mismo ocurrió cuando se anularon las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
Esta pelea por la aparición con vida de Santiago Maldonado hay que unirla a la del pueblo mapuche por sus tierras. Es una vergüenza que la Cámara de Senadores se haya negado a prorrogar la ley 26.160 que impide los desalojos y dispone que se haga el relevamiento de tierras de las comunidades indígenas por imposición de Benetton, las petroleras, mineras y forestales que quieren seguir con el desalojo de los pueblos originarios para sus negocios capitalistas.
Hay que seguir levantando el grito ¿Santiago Maldonado dónde está?, difundiendo el caso, haciendo pintadas, murales, charlas y, fundamentalmente, seguir movilizados en forma unitaria, como lo hicimos el 1° de septiembre con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Impulsando la campaña nacional e internacional contra el gobierno del encubrimiento y la impunidad. Vivo se lo llevaron, vivo lo queremos. Aparición con vida de Santiago Maldonado. Que se vaya Patricia Bullrich. El gobierno es responsable. Por una comisión investigadora independiente. Y junto a la libertad para Jones Huala luchamos para que le devuelvan las tierras al pueblo mapuche y demás pueblos originarios.

 


El gobierno rechaza la colaboración de la ONU

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), se pronunció a cinco semanas de la desaparición forzada de Santiago Maldonado cuestionando la falta de avances en la investigación oficial. Los esfuerzos del gobierno por encubrir a los responsables de la desaparición forzada son tan escandalosos, y las movilizaciones populares exigiendo la aparición con vida de Maldonado y que no haya impunidad han sido tan contundentes, que la ONU no pudo ignorar el caso y tuvo que salir a pronunciarse. El gobierno respondió a través de Marcos Peña rechazando el ofrecimiento de la ONU de aportar un grupo de expertos para colaborar con las investigaciones.
Los familiares de Santiago vienen exigiendo una comisión investigadora “imparcial”. Evidentemente es un requisito indispensable para poder esclarecer la verdad. Hay que apartar de la investigación a los involucrados, comenzando por el propio Otranto, quien literalmente es juez y parte. Reiteramos que es necesario imponerle al gobierno la conformación de una comisión investigadora independiente integrada por los familiares de Maldonado, organizaciones de derechos humanos y los expertos que ellos convoquen.

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