Alrededor de un millón de personas se movilizaron el 11 de septiembre en la Diada, el tradicional día de fiesta nacional de Catalunya, en apoyo a la independencia del país y el establecimiento de una república. A tres semanas de la realización del referendo independentista del 1o de octubre, la contundente manifestación de apoyo constituyó una respuesta al régimen monárquico, que intenta por todos los medios impedir la consulta. Los partidos del régimen surgido de la transición pactada con el franquismo,

más allá de los matices, se oponen al referendo, una posición que es compartida por el PP, el PSOE, Ciudadanos, Izquierda Unida, el Partido Comunista Español e incluso Podemos.
“No habrá referéndum y haré todo lo necesario para ello”, espetó el corrupto y repudiado primer ministro español, Rajoy. El jefe del gobierno catalán, Puidgemont, dejó abierta la posibilidad de levantar la realización unilateral del referendo si se acordaba un referendo en condiciones pactadas con el gobierno español. Ha sido la presión de la movilización popular la que lo ha obligado a impulsar la consulta independentista.
En horas de la noche, la izquierda catalana realizó una marcha y un acto por la autodeterminación, con la participación de unas 12.000 personas. Una de las consignas más sonadas fue “desobedeceremos” anticipando la respuesta a un inminente fallo del tribunal constitucional desautorizando el referendo. También hubo críticas a la alcaldesa Ada Colau, que responde a una coalición en la que participa Podemos, por su posición ambigua. La UIT-CI se solidariza con el pueblo catalán y su lucha por el derecho a la autodeterminación nacional.

Escribe Simón Rodríguez