Escribe Gabriel Massa

El ministro de Trabajo Jorge Triaca se reunió el lunes 18 de septiembre con la máxima conducción gremial, incluyendo el triunvirato que lidera la CGT, Carlos Acuña, Héctor Daer y Juan Carlos Schmid. También participaron Francisco “Barba” Gutiérrez (UOM), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Uno de los asistentes le aseguró a la prensa que el encuentro había sido “amable, tranquilo y cordial”.

Y no es para menos. El ministro tranquilizó a los jefes sindicales manifestándoles que, por el momento, al menos hasta después de las elecciones de octubre el gobierno no avanzará con su proyecto de una ley de reforma laboral. Los gremialistas temían que se avanzara con lo que vienen reclamando distintos empresarios: una liquidación general de conquistas al estilo de la reciente reforma laboral en Brasil que, entre otras cosas, prácticamente quita todo peso a los convenios colectivos.

Para los líderes de los gremios es fundamental evitar que les toquen el control de la negociación de los convenios y el manejo de los fondos de las obras sociales que son sus principales fuentes de poder y de recursos.

En cambio, los jefes sindicales sí acordaron avanzar en modificaciones a los convenios en cada gremio a través de acuerdos entre ellos y los empresarios, como ya se hizo en el caso de los petroleros de Neuquén y los lecheros de Atilra, a partir de la crisis de SanCor. Por supuesto que en esos casos los dirigentes sindicales no tuvieron ningún inconveniente en avanzar en la liquidación de conquistas y en la imposición de la flexibilidad que reclaman los empresarios.

A cambio del compromiso del gobierno de negociar la reforma laboral gremio por gremio, los jefes de la CGT se comprometieron a terminar de enterrar toda idea de un plan de lucha de acá a las elecciones. Ya han postergado la convocatoria al confederal para el 3 de octubre. Y de paro no se habla.

Lo que una vez más nos ratifica la urgente e imprescindible necesidad de que, para enfrentar consecuentemente el ajuste y la reforma laboral del gobierno, los empresarios y los burócratas, debemos seguir impulsando y fortaleciendo al sindicalismo combativo. El de los ferroviarios del Sarmiento y la lista Bordó nacional, el de los Suteba Multicolor antiburocráticos, el del gremio del neumático (Sutna). El de todos los activistas, delegados y dirigentes combativos y democráticos que impulsan las luchas. Esos mismos que en estas elecciones confluyen mayoritariamente en las listas del Frente de Izquierda.