Escribe Mariana Morena

El miércoles pasado, en el marco de la megacausa ESMA que se desarrolla en los Tribunales Federales de Comodoro Py, y en la cual se juzgan 789 crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA durante la dictadura militar, el represor Alfredo Astiz aprovechó su alegato final para realizar unas polémicas declaraciones reivindicando el terrorismo de Estado y el actual accionar de la Gendarmería y de la ministra Bullrich contra las comunidades mapuches y en la desaparición forzada de Santiago Maldonado.

No es la primera vez que el “Ángel Rubio” realiza declaraciones repudiables sin mostrar el más leve remordimiento. Conocido por infiltrarse entre familiares de detenidos desaparecidos de la última dictadura militar a quienes posteriormente delató para que los secuestraran (el grupo fundador de Madres de Plaza de Mayo y las monjas francesas), Astiz consideró ilegítimo el proceso judicial en su contra (“terrorismo judicial”) y aseguró que “nunca pediría perdón por defender a la patria”. Asimismo advirtió sobre el peligro de haber debilitado a las fuerzas armadas (desfinanciándolas) frente al actual “fenómeno terrorista” en el sur del país, el cual “escudándose en falsas reivindicaciones ancestrales pretende apropiarse de parte de nuestro territorio” y crear una nación independiente. Remató afirmando que la actual lucha contra los “movimientos indigenistas es parte de “una guerra sin tiempo” contra el terrorismo mundial.

Repudiamos las declaraciones del represor Astiz reivindicando a la dictadura genocida de la cual fue parte, responsable de la desaparición de 30000 compañeros y de un plan económico de hambre y miseria para nuestro pueblo, y defendiendo la política de represión actual del gobierno de Macri y los gobernadores contra las comunidades originarias que resisten el saqueo de sus tierras por parte de terratenientes y multinacionales imperialistas. Estos son los verdaderos terroristas cuyos intereses el gobierno defiende mientras encubre su accionar criminal que costó la desaparición forzada de Santiago Maldonado.