Escribe Guillermo Sánchez Porta, Coordinador nacional de Docentes en Marcha

El gobierno quiere instalar anualmente las evaluaciones externas, como el Operativo Aprender y ahora el Operativo Enseñar. Como ya alertamos, son parte del ajuste a la escuela pública y busca responsabilizar a los docentes de la crisis del sistema educativo.

Macri quiere esconder que son las políticas gubernamentales, las leyes educativas, el desfinanciamiento a la escuela pública, los subsidios a las privadas y una política a favor de la emigración hacia las escuelas pagas (recordemos la frase de Macri de la mala suerte de “caer en la escuela pública”…) las verdaderas causas de esta crisis del sistema educativo.

Estas “evaluaciones externas” (las arman y las toman personas ajenas a las escuelas) son elaboradas por grupos económicos, políticos e iglesias a nivel internacional. Son “estándar”, es decir iguales para chicos de diferentes países, regiones, provincias, nivel sociocultural, lo que es una aberración educativa. No son, como mienten el ministro Finocchiaro y los gobernadores, ideas propias para “recabar información” y “corregir” debilidades del proceso de enseñanza. Esto queda demostrado cuando ya decidió implementar el Plan Maestro y la Secundaria del Futuro, modificar planes de estudio, sin siquiera tener los resultados del Aprender 2016 y sin consultar a docentes, estudiantes ni padres. El gobierno, el Banco Mundial y las organizaciones proprivatización de la educación ya tienen bien definidos sus planes. Las evaluaciones externas son solo un montaje para justificarlos y para cambiar la estructura de enseñanza y métodos de evaluación. Además, para avanzar en la flexibilización laboral, liquidando la estabilidad, ya que buscan que por un mal resultado de la “múltiple choice” (el niño responde preguntas marcando con una X en tres recuadros) pueden separar al maestro. Se terminaría la toma de cargos por concurso, pasando a designarse a dedo por directores y “gerenciadores” de cada escuela.

El gobierno engaña diciendo que los docentes nos negamos a las evaluaciones y a ser evaluados. Nosotros evaluamos cotidianamente y cada padre y madre puede verlo en los cuadernos y pruebas de sus hijos. Regularmente somos evaluados por directoras y supervisoras y a final del año nos califican. Si el gobierno tuviera la intención de “recabar información”, debería leer los informes anuales e ir a las escuelas. No queremos que liquiden la calidad educativa aún más, achicando los contenidos de estudios. Que apliquen la Secundaria del Futuro liquidando el 5° año del secundario, que los chicos deban hacer la mitad del año “proyectos de “emprendedurismo” (planes para trabajos de autónomo) y la otra mitad “pasantías” en empresas (trabajando gratis), estudiando sin docentes, con “tutores” que los orienten en los video juegos de la computadora.

En 2016 solo los sindicatos docentes combativos organizamos el boicot al Operativo Aprender. Pero la inmovilidad de la conducción kirchnerista de Ctera y sus dirigentes provinciales permitió que el gobierno diera un primer paso. Este año, además, quiere implementar el Operativo Enseñar en los profesorados y aprobar la Secundaria del Futuro. No alcanza con decir estar en contra. Es fundamental que el 7 de noviembre Ctera y los sindicatos docentes convoquen a un paro nacional en defensa de la escuela pública y los derechos laborales docentes. ATEN Neuquén resolvió parar el 7 de noviembre, los Suteba Multicolores, Amsafe Rosario y la oposición combativa docente llaman a rechazarlo y la directiva de Ademys en la Ciudad de Buenos Aires convoca a una reunión nacional para coordinar la jornada de boicot, como aprobó Docentes en Marcha en su encuentro Nacional. Llamamos a coordinar también con los estudiantes y trabajadores para defender la educación de nuestros hijos.