Escribe Gabriel Massa

Los jueces sirvientes del poder aceleran los trámites para encarcelar a figuras como De Vido o Boudou. En cambio se cuidan muy bien de meterse con la familia Macri y sus amigos.

Sin ir más lejos, la Justicia no movió un dedo para impedir que el presidente le perdonara a la empresa de su padre una deuda con el Estado de 75.000 millones de pesos. Tampoco se le ocurrió a ningún juez meter preso a Angelo Calcaterra, primo de Macri, que participó con su empresa Iecsa en el gigantesco negociado del soterramiento del ferrocarril Sarmiento y donde Odebrecht, la compañía brasileña concesionaria de la obra, informó que había pagado millones en coimas. La Justicia sobreseyó a Macri a velocidad récord -al mejor estilo de los años kirchneristas- en la causa conocida como los “Panama Papers”, por la que se supo que el presidente montó empresas fantasma para no pagar impuestos y lavar dinero. Y también permitió que Macri por decreto autorizara a su hermano menor a “blanquear” 300 millones de pesos que tenía en negro.

Un recorrido por los ministerios del actual gobierno presenta un muestrario bien variado de la corrupción. El ministro de Energía, Aranguren, beneficia continuamente con sus disposiciones y tarifazos a empresas en las que tiene intereses directos o de las que era funcionario.

El diario La Nación (5 de noviembre) informa: “Antes de ingresar a la función pública, el actual ministro de Finanzas, Luis Caputo, fue el administrador de Noctua Partners LLC, una gerenciadora de fondos de inversión de Miami con ramificaciones en Delaware y las islas Caimán, dos jurisdicciones donde rigen el secreto y las ventajas fiscales”.

Esta información surge de una investigación internacional conocida como Paradise Papers (es una investigación de los paraísos fiscales, países donde se lava dinero). En la que se destapó que todas las grandes multinacionales e infinidad de personalidades como la reina de Inglaterra, el cantante Bono y Madonna, entre muchos otros, utilizan estas redes financieras mundiales para ocultar ilegalmente ganancias. Es decir, el ministro de Finanzas de Macri, Caputo, es un experto en el armado de redes ilegales de lavado de dinero.

Por su parte, el diario Perfil (4 de noviembre) informa que: “Dolores Etchevehere, la hermana del ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, denunció este sábado durante una entrevista radial que su familiar “tiene causas por evasión y lavado de dinero. […] Es gravísimo que (Mauricio) Macri elija como ministro a mi hermano que tiene causas por evasión y lavado de dinero”.

La conclusión evidente de todo esto es que la corrupción, lejos de ser patrimonio de los Kirchner, es el sello distintivo de todos los empresarios y de los funcionarios del Estado capitalista, con la complicidad de los jueces sirvientes del poder de turno.