Escribe Mariana Morena

No nos cabe ninguna duda de que muchísimos compañeros que votaron al kirchnerismo en las últimas elecciones honestamente quieren salir a enfrentar el ajuste del gobierno de Cambiemos. Pero, lamentablemente, esto no será lo que harán sus dirigentes, sumidos en los “pactos” en el Congreso y en las “treguas” de la burocracia sindical.

Coincidimos en que el ajuste, la reforma laboral, el tarifazo, la inflación, los pagos de la deuda, el endeudamiento astronómico, los negocios con las multinacionales y la represión de las luchas populares, así como la desaparición forzada de Santiago Maldonado y cualquier medida en favor de los represores de la dictadura, no son políticas para “construir un país en serio para las futuras generaciones” de trabajadores, sino para beneficio exclusivo de las patronales y el imperialismo, y en defensa de la gobernabilidad de esta “democracia para ricos”.

Pero lamentablemente creemos que se equivocan si depositan expectativas en que Cristina o los demás dirigentes de su espacio van a llevar adelante esta lucha. Tras dos años de Macri en el gobierno y con la implementación de un brutal ajuste para garantizar las ganancias de los empresarios, Cristina echó a rodar un nuevo discurso, el de “un gran acuerdo opositor para frenar a Macri”, sin referencia alguna a que sus diputados le habían votado las principales leyes del ajuste, que sus gobernadores lo están aplicando allí donde son gobierno, como en Santa Cruz (una provincia quebrada después de 26 años de gobiernos kirchneristas), y que las centrales sindicales vienen pactando una “tregua” para frenar cualquier medida organizada que implicara instalar la protesta en las calles y avanzar con un plan de lucha. De hecho, los dirigentes K del gremio de los gráficos no se hicieron presentes para apoyar la lucha de los despedidos de AGR-Clarín, ni hubo dirigentes ni diputados K a la hora de defender los puestos de trabajo en PepsiCo. Vimos al Suteba de Baradel pactar un aumento de miseria para los docentes bonaerenses con la gobernadora Vidal, y también al burócrata Ponce, de Atilra acordar un nuevo convenio flexibilizador para los trabajadores lecheros. En el caso Maldonado los K intervinieron para frenar la movilización popular mientras sus senadores votaban a favor del ingreso de tropas yanquis a la Patagonia. Paralelamente, estamos siendo testigos de cómo los principales funcionarios del kirchnerismo, con De Vido a la cabeza, van presos por corruptos. ¿Acaso se puede esperar que Cristina y sus dirigentes encabecen la lucha contra el ajuste del gobierno?

Desde Izquierda Socialista somos claros: el kirchnerismo no es salida para enfrentar el ajuste de Macri y la flexibilización laboral. Tenemos que salir a pelear apoyando y fortaleciendo al sindicalismo combativo, que enfrenta a la tregua de la burocracia de la CGT y, al mismo tiempo, plantear una alternativa política de verdad, como lo hacemos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda, con un auténtico programa alternativo que comience por dejar de pagar la deuda externa y utilizar todos esos recursos para priorizar las más urgentes necesidades populares.