Nordelta: Un lugar para millonarios y narcotraficantes
Hoy todos conocen la existencia de Nordelta. Es que allí habita la denominada “cheta del Nordelta”, una cirujana que realizó declaraciones que rápidamente se viralizaron. En ellas cuestiona a sus vecinos por “tomar mate” y no compartir sus “valores estéticos visuales y morales”. ¿Qué es Nordelta? Con más de 1.600 hectáreas y 30.000 habitantes, es la ciudad privada más grande de nuestro país. Ubicada en el municipio de Tigre es, de hecho, un estado dentro del Estado. Su propietario es Eduardo Costantini, dueño también del Nordelta de Escobar y, entre otras propiedades, de un complejo de 240 departamentos en Bal Harbour, Miami, por el cual tuvo que invertir 650 millones de dólares. “Mecenas” del arte, también es propietario del Malba.
Algunos estudios indican que el 60% del territorio de Tigre está ocupado por barrios privados (más de noventa), donde habita el 10% de la población. El otro 90% vive en el 40% de las tierras restantes. Estas urbanizaciones, apoyadas por los distintos gobiernos y destinadas a las clases altas y medias altas han generado la eliminación de humedales. Sus consecuencias son las recurrentes inundaciones que sufren los barrios populares ubicados a su alrededor.
Nordelta brinda el lujo y las comodidades de Miami pero a una hora del Obelisco. El valor de sus inmuebles puede llegar al millón de dólares. Pero todo este “lujo y armonía con la naturaleza” tiene su lado oscuro. Nordelta es una gran oportunidad para el blanqueo de capitales de los “narcoempresarios” colombianos. Estos no se limitan a tener propiedades, como es el caso de Jesús Yepez Gaviria, en cuya casa cumple prisión domiciliaria su esposa Claudia Celis Arias. Los hermanos John y Anthony Grajales junto al arquitecto argentino que construyó el hotel intercontinental de Nordelta, Walter Mosca, están siendo investigados por narcolavado y... también poseen propiedades en la zona.